solamente es una forma de propiedad. Lo mismo con el socialismo, la propiedad colectiva tampoco está mal en sí, tiene un papel importante, pero tampoco lo es todo. Este es nuestro pragmatismo. La economía común es una combinación de mercados y bienes comunes y bienes públicos, de propiedad colectiva privada de no propiedad, la naturaleza debe gozar de derechos propios para que los humanos no podamos vampirizarla como virus peligrosos que la pongan en peligro. Por eso el indicador de la economía del bien común es verde, porque el capitalismo y el comunismo pueden ser igualmente destructivos con el medio ambiente. Y la economía del común quiere ser, por definición, sostenible y tiene incluso el trasfondo filosófico de ecología profunda y no solamente superficial.
La orientación al bien común algunos les parece algo raro o marciano, pero en el análisis histórico no es nada nuevo. Incluso en el origen de la palabra economía, oikonomia, en la antigua Grecia era una economía orientada al bien común. Así definió Aristóteles la palabra oikonomía: en la economía el fin es el bienestar de todos los habitantes de la casa mientras que el dinero, el capital, sólo son medios para el servicio de este fin. Y si esta relación se invirtiese, si el dinero y capital y su ganancia y su acumulación se convirtiese en el objetivo de las actividades económicas y el bien de todo, el bien común pasara al segundo plano entonces, dice Aristóteles, esto ya no sería una economía sería en su contrario, sería kremastistiqué, en antiguo greco literalmente: el arte de ganar dinero enriquecerse, y hoy utilizamos la palabra capitalismo.
sería una economía sería en su contrario, sería kremastistiqué, en antiguo greco literalmente: el arte de ganar dinero enriquecerse, y hoy utilizamos la palabra capitalismo. Esto es un reconocimiento de Aristóteles que capitalismo y economía son antónimos, son contrarios. Esto no se suele enseñar en la educación económica de hoy, sino que se suelen mezclar y se equipara más bien la economía con capitalismo porque lo que no es capitalista no es económicamente ni siquiera viable. Pero es una mezcla muy muy difusa y se olvidan de lo que ya deberíamos recordar desde hace más de 2000 años.
Volviendo al presente, las ya mencionadas constituciones de países democráticos nos dicen algo acerca del objetivo superpuesto para la economía. Todas están de acuerdo de que debe ser el bien común. No hay ninguna constitución crematística, si se quiere así, porque entonces las constituciones dirían: las actividades económicas sirven la acumulación del capital, porque creemos que como consecuencia de la acumulación del capital vamos a vivir bien. Pero no hay ninguna, ni una constitución democrática que diga eso. Al contrario, no hay ninguna excepción de la regla de que si una constitución democrática dice algo acerca del fin superpuesto de las actividades económicas dicen que tiene que ser el bien común, el bienestar general de todos, y el capital solamente es un medio.