Revista de Medicina Veterinaria e Investigación Revista Medicina Veterinaria e Investigación N°2 | Page 10
Cordillera de la Costa y algunas zonas rurales de Chile,
en donde los perros domésticos tienen características
similares a las de los perros de este estudio, en cuanto
a su rol, ecosistema y al trato propiciado por los
humanos, en relación al estado sanitario (Sepúlveda
et al. 2014).
El porcentaje de muestras positivas (52%) a formas
parasitarias de este trabajo fue muy similar al de
Armstrong et al. (2011) quiénes obtuvieron un 48,3%
de positividad en perros de las plazas de Temuco,
Región de la Araucanía. En otro artículo, para detectar
la presencia de huevos de parásitos, se tomaron 193
muestras de suelo, en 87 parques y plazas públicas de
la ciudad de Temuco en base al método Fonrouge
modificado que determina la forma de recoger
muestras de tierra (Fonrouge et al. 2000), arrojando
una prevalencia de 36,3%. Sin embargo, estos
resultados no son del todo comparables dado que no
se trabajó con muestras fecales frescas y existió una
proporción significativa de parásitos de vida libre
(Armstrong y cols, 2011). Otro estudio realizado en la
misma ciudad arrojó un 89% de muestras positivas
(Olivares et al. 2014) y, aunque, fue realizado bajo la
misma técnica utilizada en este estudio, difiere de
nuestra realidad debido a que los individuos en
cuestión pertenecen a un ecosistema urbano, lo que
según Sillero-Zubiri et al. (2004) propicia mejores
condiciones para aumentar los niveles de abundancia
de parásitos en los individuos y en el ambiente. No
obstante, en otras localidades rurales del país
también se han reportado frecuencias elevadas; por
ejemplo, el 78% en el área rural de Folilco, en la
Región de Los Ríos (Sandoval, 2003), o el 55% de
muestras positivas en la isla Robinson Crusoe
(Gonzalez-Acuña et al. 2010). A nivel internacional,
Noor et al. (2007) realizaron en Malasia un estudio
tanto de muestras de tierra, como de muestras
fecales, en dónde éste último presentó un 78,9% de
positividad. A su vez, en España este porcentaje fue
de un 71,3%, obtenido del análisis de materia fecal y
necropsia (Martinez-Moreno et al. 2007). Al igual que
en el caso anterior, se combinaron dos técnicas de
observación de parásitos, lo que hace suponer que
por esta razón sus porcentajes de positividad sean
mayores que en Chile.
Es un hecho que los perros tienen alto porcentaje de
endoparasitismo, con algunas diferencias que van
sobre el 50% y bajo el 80%. Para Sandoval (2003) las
diferencias de los resultados obtenidos pueden estar
determinadas por diversos factores; climáticos, nivel
cultural y socioeconómico de los dueños, origen de
los perros muestreados, ya sea de sectores urbanos
o rurales, si es que las muestras son frescas o
tomadas del suelo y también a las distintas técnicas
utilizadas por los laboratorios para determinar la
fauna parasitaria en los perros. De esta manera, los
porcentajes provenientes de zonas que comparten el
mismo clima son muy similares, y los porcentajes
mayores obtenidos en otras localidades son
resultado de técnicas coproparasitarias más
eficientes, por ejemplo, la necropsia parasitaria que
no fue aplicable en este estudio por la necesidad de
supervivencia de los individuos.
En relación con las infecciones por parásitos
clasificados por clase, se observa que el 79,4% de los
perros estaba infectado con especies de la clase
Nematoda, porcentaje muy cercano al obtenido por
Cabello (2002) en Valdivia de un 72,1 % y por
Rebolledo (2007) en Concepción con un 66,6%. Esto
concuerda con lo señalado por Soulsby (1987), quien
indica que estos parásitos se encuentran en un alto
porcentaje, debido a que su ciclo de vida es directo,
lo que facilita la infestación de los animales, opuesto
al ciclo de los cestodos que es indirecto, lo que hace
más ineficiente su propagación. Además, estos
nematodos producen gran cantidad de huevos que
son muy resistentes a las condiciones ambientales, lo
que favorece la contaminación del medio ambiente.
En Latinoamérica, Hoffmann et al. (2000) reportan un
66,2 % de infección por nematodos en perros
callejeros en Brasil, mientras que para Argentina,
Soriano et al. (2005) describe un 57,6%. Los altos
porcentajes de nematodos en general a nivel de país,
podrían tener relación con las escasas medidas de
control sanitario que existen, incluso a nivel mundial
(Güttler, 2005).
Con respecto a la clase Cestoda, los representantes
fueron agrupados como huevos de “tipo Taenia” para
facilitar su análisis, ya que los ejemplares de esta
clase poseen diferencias mínimas en sus huevos que
los diferencian entre sí, no pudiéndose lograr esta
diferenciación sin un alto nivel de conocimiento en
morfología parasitaria. Se obtuvo un 30,5% de
muestras positivas, lo cual es un porcentaje muy alto
al comparar con lo que describió Cabello (2002) en
Valdivia y triplica lo obtenido en Concepción por
Rebolledo (2007). Otro estudio realizado en Valdivia
encontró un 73,3%, pero mediante la técnica de
necropsia (San Martín 2000). Los porcentajes de
prevalencia de cestodos se describe que son bastante
9