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urante años, la rela-
ción entre la indus-
tria de construcción
y el sector seguridad social
se ha basado en que ambos
son pilares del desarrollo de
México; sin embargo, existe
también una clara confronta-
ción que perjudica a todos los
actores involucrados.
A fin de entender lo que po-
dría llamarse un círculo vicio-
so, es importante comenzar
señalando que por un lado la
industria de la construcción
se esfuerza en ofrecer servi-
cios de calidad a través de la
edificación con tecnologías
de punta y el empleo de lo
que se conoce como mano de
obra; por otro lado, el seguro
social, como organismo de sa-
lud, vela por los derechos de
los trabajadores para que es-
tos tengan acceso a servicios
médicos y hospitalarios, sea
ante enfermedades generales
o riesgos de trabajo.
Sin embargo, la relación se
ve afectada cuando el Ins-
tituto Mexicano del Seguro
Social actúa como organismo
fiscal autónomo, ya que hace
a un lado el fin para el cual
fue creado y se convierte en
un ente que “destruye” fiscal-
mente a patrones que “cons-
truyen”. Tal situación incluso
encuentra sustento en el con-
tenido del artículo 15, frac-
ción VI de la Ley del Seguro
Social, que señala:
Tratándose de patrones que
se dediquen en forma perma-
nente o esporádica a la activi-
dad de la construcción debe-
rán expedir y entregar a cada
trabajador constancia escrita
del número de días trabaja-
dos y del salario percibido,
semanal o quincenalmente,
conforme a los periodos de
pago establecidos, las cuales
(constancias), en su caso, po-
drán ser exhibidas por los tra-
bajadores para acreditar sus
derechos.
Es conocido por muchos el
sistema mediante el cual el
seguro social aplica revisio-
nes a los patrones de la in-
dustria de la construcción, y
en donde, a manera de ejem-
plo, realiza cálculos a empre-
sas dedicadas al suministro,
corte y montaje de acero con
porcentajes cuyo origen nadie
conoce, a fin de determinar la
mano de obra que se ha uti-
lizado; pasa por alto que las
empresas dedicadas al acero
cuentan con talleres y plantas
donde pagan sus cuotas del
seguro social por trabajado-
res de carácter permanente.
Con lo anterior es evidente
que el seguro social duplica
en muchas ocasiones el cobro
de cuotas, y es de destacar
que ese dinero no es destina-
do a los trabajadores según
disposición de la ley.
Se tiene entonces, por una
parte,
trabajadores
que
arriesgan la vida en las cons-
trucciones; por otra par-
te, u seguro social sin
infraestructura que le
permita dar la atención
médica que merecen los
derechohabientes, y por
último, el lado oscuro de
un seguro social que co-
bra en forma estimada,
incluso presionando a pa-
trones y amenazando con
cerrar sus fuentes de traba-
jo. Por lo anterior, cabe pre-
guntarse: ¿los constructores
y el seguro social son amigos
o enemigos?