Revista de la Construcción Ensenada Revista de la Construcción | Page 10

10 D urante años, la rela- ción entre la indus- tria de construcción y el sector seguridad social se ha basado en que ambos son pilares del desarrollo de México; sin embargo, existe también una clara confronta- ción que perjudica a todos los actores involucrados. A fin de entender lo que po- dría llamarse un círculo vicio- so, es importante comenzar señalando que por un lado la industria de la construcción se esfuerza en ofrecer servi- cios de calidad a través de la edificación con tecnologías de punta y el empleo de lo que se conoce como mano de obra; por otro lado, el seguro social, como organismo de sa- lud, vela por los derechos de los trabajadores para que es- tos tengan acceso a servicios médicos y hospitalarios, sea ante enfermedades generales o riesgos de trabajo. Sin embargo, la relación se ve afectada cuando el Ins- tituto Mexicano del Seguro Social actúa como organismo fiscal autónomo, ya que hace a un lado el fin para el cual fue creado y se convierte en un ente que “destruye” fiscal- mente a patrones que “cons- truyen”. Tal situación incluso encuentra sustento en el con- tenido del artículo 15, frac- ción VI de la Ley del Seguro Social, que señala: Tratándose de patrones que se dediquen en forma perma- nente o esporádica a la activi- dad de la construcción debe- rán expedir y entregar a cada trabajador constancia escrita del número de días trabaja- dos y del salario percibido, semanal o quincenalmente, conforme a los periodos de pago establecidos, las cuales (constancias), en su caso, po- drán ser exhibidas por los tra- bajadores para acreditar sus derechos. Es conocido por muchos el sistema mediante el cual el seguro social aplica revisio- nes a los patrones de la in- dustria de la construcción, y en donde, a manera de ejem- plo, realiza cálculos a empre- sas dedicadas al suministro, corte y montaje de acero con porcentajes cuyo origen nadie conoce, a fin de determinar la mano de obra que se ha uti- lizado; pasa por alto que las empresas dedicadas al acero cuentan con talleres y plantas donde pagan sus cuotas del seguro social por trabajado- res de carácter permanente. Con lo anterior es evidente que el seguro social duplica en muchas ocasiones el cobro de cuotas, y es de destacar que ese dinero no es destina- do a los trabajadores según disposición de la ley. Se tiene entonces, por una parte, trabajadores que arriesgan la vida en las cons- trucciones; por otra par- te, u seguro social sin infraestructura que le permita dar la atención médica que merecen los derechohabientes, y por último, el lado oscuro de un seguro social que co- bra en forma estimada, incluso presionando a pa- trones y amenazando con cerrar sus fuentes de traba- jo. Por lo anterior, cabe pre- guntarse: ¿los constructores y el seguro social son amigos o enemigos?