Revista de Español La belleza del arte | Page 42

Por: Estefanía Parada

El lunes 25 de septiembre nuestro equipo por fin llegó a las puertas del Museo de Guadalupe, llegamos con mucho entusiasmo, pero a la vez con preocupación pues ya teníamos el tiempo contado para elaborar el proyecto y teníamos, también, algunas tareas extras.

La mamá de una compañera nos hizo el favor de llevarnos, antes de entrar compramos un helado. Llegamos todos juntos al museo como fue el requerimiento de la maestra, sin embargo, una policía nos detuvo y nos preguntó que si teníamos que realizar alguna tarea, nosotros asentamos que sí, pero nos detuvo y nos dijo que nos retiráramos del lugar porque ya estaba cerrado, nos explicó que el lunes el personal del museo no laboraba

Al salir no tuvimos otra opción más que aguantar un día más, así que mejor decidimos comprar una paleta de jícama y fuimos a recorrer el parque hasta que pasaron por cada uno de nosotros.

Al día siguiente mi mamá nos llevó al museo, esta vez, sin duda, sí estaría abierto, dimos un recorrido a la primera sección y fuimos a ver las pinturas para elegir una. Yo elegí la de la Virgen del Patrocinio de los Zacatecas, quien es venerada por muchos fieles. Esta obra fue creada por Juan Correa, quien fue un pintor novohispano mulato, que gracias a su capacidad como artista le dieron la oportunidad de pintar la obra de manera oficial.

La pintura representa a nuestra Señora del Patrocinio, la mujer viste con un manto de color azul con detalles dorados, así como un vestido que fue elegido especialmente para ella y que es color rojo. Tiene a un niño con una corona que tiene rayos y la Virgen también coronada. El niño tiene el mundo en sus manos y una cruz sobre él. Las flores que tiene consigo significan la pureza; la Virgen cuenta con un manto para cubrir su cabello y un centro que la representa como reina de la población de Zacatecas

Al terminar de observar los óleos fuimos a la biblioteca, la cual me impresionó, pues era completamente antigua. Después llegamos al área del coro en donde se podía ver a simple vista lo viejo del lugar, pues sus sillas así estaban, además despedía un olor extraño.

A un costado del coro había un pasillo donde estaba una estatua parada con la vista hacia la capilla de oro. Después de este breve recorrido decidimos irnos a nuestras casas pues ya era un poco tarde y estaban por cerrar el museo.

El asistir al museo fue una experiencia muy divertida y emocionante, pues yo no sabía muchas cosas y no conocía la gran historia que este recinto alberga.

Conocimiento y belleza en el Museo de Guadalupe