En ese lugar hay un río muy caudaloso en donde las personas tienen la necesidad de cruzarlo, entonces Orfeos decide hacer la buena obra de ayudarlos a cruzar, en eso aparece un niño que le pide a Orfeos que lo lleve al otro lado del río, él accede y sube al niño sobre su hombro y el niño se sujeta del cabello del gigante, cuando Orfeos comienza a cruzarlo se da cuenta de que el niño se va haciendo cada vez más pesado, hasta que llega Orfeos a la orilla, y para poder salir es necesario que se sujete de una palmera para cruzar al otro lado y muy extenuado le pregunta al niño que cómo es posible que el siendo tan grande, fuerte, alto y teniendo la experiencia de cruzar eso grandes ríos el no pudiera con el peso de un niño pequeño, entonces el niño le contesta que realmente no solo lo carga a él sino que también está cargando todos los pecados del mundo, es por esto que colocan al mundo a un lado o al costado del niño sobre los hombros de Orfeos.
De esta manera se da a entender que aquel niño era Dios y que el gigante debido a su gran obra el ya no se iba a llamar más Orfeos, ahora iba a ser designado como el Santo de los viajeros y su nombre seria San Cristóbal, que definitivamente significa “Balsa de Cristo”.
Por otro lado, este personaje fue hecho por un artista que es originario de la ciudad de México, Nicolás Rodríguez, mencionado en el principio de este relato, esta es una de las grandes obras que se realizan con esta composición de San Cristóbal, esto quiere decir que es uno de los mejores elaborados alrededor del siglo XVIII, es uno de los más bellos realizados durante el barroco novohispano.
Esta pintura forma parte de escaleras regias o escaleras reinas, en cuanto a su manufactura son pinturas de aceite ósea pinturas al óleo sobre tela muy gruesa, muy resistente y muy fina. La firma del autor se encuentra en la parte de abajo junto con la fecha.