Revista de Diciembre de 2019 2019 Revista Diciembre | Page 15
ENTREVISTA 15
'LA ÚLTIMA FRONTERA'
JUAN MEDINA
GANADOR DEL PREMIO INTERNACIONAL
DE FOTOGRAFÍA HUMANITARIA
LUIS VALTUEÑA 2018 Y FOTÓGRAFO DE LA
AGENCIA REUTERS
Nacido en 1963 en Buenos Aires, lleva más
de 20 años fotografiando los movimientos
migratorios desde África Occidental
y Marruecos hacia las islas Canarias,
Ceuta, Melilla y el Mediterráneo central.
3º Premio World Press Photo en noticias
de actualidad 2005, 1º Premio FotoPrés
2005 y recientemente galardonado con el
Award of Excellence en POYi 2019 (Picture
of the Year Internacional).
“Donde mueren los sueños” es el traba-
jo que presentaste en la Semana Negra de
Gijón en 2007. Los sueños de la emigración
no han cambiado en estos 12 años, pero,
¿lo han hecho las políticas de acogida?
Hace unos meses se cumplieron los 20
años del primer naufragio documentado
periodísticamente en las islas Canarias, fue
en la playa de La Señora, al sur de la isla de
Fuerteventura, desde entonces la cifra de
personas muertas y desaparecidas en nau-
fragios, así como por acciones violentas en
fronteras terrestres y en el desierto no han
hecho más que aumentar, si la gente sigue
muriendo es evidente que son un fracaso.
Tus fotografías nos transmiten coherencia y
humanidad tan necesarias en estos tiempos
convulsos. ¿Por qué sigues cubriendo estos
temas? ¿No te frustra ver que casi nada
cambia? Cubrir los movimientos migratorios
es una obligación. Fotografiar las condicio-
nes en las que se produce este éxodo sirve
para documentar los hechos acaecidos y
son una evidencia de que esto pasó, que
esto sigue pasando. Son una herramienta
más contra el negacionismo.
La historia de la humanidad la conforman en
buena parte los movimientos migratorios.
¿Cómo vives tú esta situación, que al fin y
al cabo eres un migrante como lo son otras
tantas personas? ¿Por qué se emigra? Si
bien hay un sinfín de razones por las cuales
la gente emigra no hay que olvidarse que
es un derecho, las personas migrantes son
objeto de derecho, aunque en la mayoría de
casos vemos cómo esos derechos son sis-
temáticamente vulnerados.
“La gran pregunta es si nos importa que es-
tas personas mueran, o si lo que nos moles-
ta es que lo hagan en la puerta de nuestra
casa”, declaraste hace años. ¿Sigues cre-
yéndolo? Sectores en los países receptores
de estos movimientos suelen victimizarse
esgrimiendo faltas de recursos en el mejor
de los casos, cuando son consignas xenó-
fobas y racistas. Sí, sigo creyéndolo.
Cuéntanos sobre qué trata el trabajo
que has realizado con la beca que
obtuviste al ganar el Premio
Luis Valtueña, "La última
frontera" Trata de re-
flejar los pasos de las
personas que migran
desde África Occiden-
tal y Marruecos abor-
dando una frontera
mortífera como es el
paso del estrecho, el
Mediterráneo o cruzar
las vallas de Ceuta o
Melilla. La imagen que
la población tiene de la
migración es la llegada de estas personas a
la frontera sur, generalmente a algún puerto
andaluz, a partir de ahí ya es más complicado
recibir información de lo que sucede.
Las cifras se centran en cuántas personas
llegan, pero hay datos constatables que
demuestran que muchas personas tienen a
España como país de paso y por lo tanto es
difícil saber cuántas se quedan y cuántas
eligen otro país de destino. Pasar a otros
países europeos por las fronteras terrestres
nos llevan en general a Euskadi o Catalun-
ya, lo cual también tiene mucha dificultad
por la falta de medios y los problemas de
documentación. En todo este periplo al
que se ven obligadas por las políticas mi-
gratorias europeas, muchas personas se
ven obligadas a escapar de la policía, vivir
en viviendas precarias, en las calles o en
los bosques, arriesgar su vida para llegar a
España y en muchos casos perderla. En su
camino también se encuentran con perso-
nas o colectivos que intentan contrarrestar
esas dificultades pero las fronteras siguen
siendo un obstáculo. Tánger, Rabat, Algeci-
ras, Irún y Hendaya son algunos de los sitios
donde ocurre esto.
"Cuánto tiempo tendrá que pasar
para poner en un lugar destacado de
nuestra vergüenza colectiva todo lo
que se está haciendo para que las
personas que buscan una oportuni-
dad no lo consigan. Primero fueron las
casi inevitables fronteras, luego vinie-
ron los alambres de espino, después
las concertinas, luego elevar la valla
a seis metros, el material antidistur-
bios, las pelotas de goma y las porras.
Lanzarse al mar en pequeñas barcas
de pescadores o en lanchas neumáti-
cas sirven para intentarlo. Así empezó
la tragedia, los papeles mojados, los
sueños hundidos, las familias destro-
zadas. El abismo del mar al que se tie-
nen que lanzar porque no hay visados
a menos que te fiche un equipo de
primera división. No hay recepciones
ni brazos abiertos para los que vienen
a hacer lo que cualquier otra persona,
buscarse la vida, tener una oportuni-
dad para sí mismas y sus familias. Sólo
encuentran a su paso extorsiones,
palos, violaciones, desierto y la muer-
te en muchos casos".
Juan Medina, Cadena Ser, 2014.
Nº 48 DICIEMBRE 2019