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Comunidades educativas Identidad Lasallista
Un maestro debe poseer algunas de las si-
guientes competencias primordiales:
“Ustedes, a quienes Dios ha llamado a un empleo
que los compromete a trabajar en la salvación de
las almas” ... MD 7,1,2
Preparémonos dignamente para nuestra larga prác-
tica docente, seamos como Jesucristo, preparados
en virtud de la obediencia, vivamos los valores que
nos identifican, Fe, Fraternidad, Servicio, Justicia y
Compromiso.
•Entusiasmo: Transmitir energía vital.
•Humildad: Creer que puede aprender de los
demás.
•Paciencia: No todos toman las ideas al vuelo.
•Saber otorgar protagonismo: a los alumnos.
•Despertar interés: Desarrollar curiosidad in-
telectual.
•Capacidad de una escucha activa.
•Tener una gran apertura mental.
•Ser muy gráfico: Una imagen vale más que
mil palabras.
•Divertido: Sin llegar a ser cómico.
•Ser realista: Tener los pies en el suelo.
•Asertividad: Cuando se imparte una lección,
no se pueden tener dudas.
Profr. Enrique Tierno Galván
Somos La Salle
Siempre con la intención de formar personas ca-
paces de cumplir con sus obligaciones para hacer
valer sus derechos.
Es de vital importancia que nuestros alumnos com-
prendan que todo lo que hacemos es en beneficio
de ellos mismos, enseñémosles a aprender y a ex-
presar sus conocimientos.
Hagámosles sentir que sus aportaciones son valio-
sas, para así, formar personas seguras de sus deci-
siones, capaces de enfrentar cada uno de los retos
que se les presenten.
Pongamos nuestro mayor esfuerzo para convertir-
los en personas comprometidas con el trabajo y
con una alta capacidad en cumplir con la función
encomendada.
Que siempre tengan motivos para agradecer, el
aprendizaje que les dejan las circunstancias, ya
sean personales o profesionales.
Una de las competencias didácticas del perfil de
egreso de los alumnos de secundaria, según la SEP
es: Que sea capaz de establecer un clima de traba-
jo que favorece actitudes de confianza, autoestima,
respeto, disciplina, creatividad, curiosidad y placer
por el estudio, así como el fortalecimiento de la au-
tonomía personal de los educandos.
Luego entonces, debe formarse y aprender en una ac-
titud positiva que pueda llevarlo a crecer, aportando a
los demás sus conocimientos de manera productiva.
Por eso, reiteremos nuestro propósito actuando
con simpatía y cercanía, entendiendo que lo que
tenemos enfrente no son problemas, sino retos
educativos, los cuales somos capaces de resolver,
no demos pie a la negatividad, pues todo se trans-
mite y se contagia.
Busquemos el equilibrio entre ambas partes, para
crecer e identificar fortalezas y debilidades.
Hagamos de nuestra noble labor una vida... Viva-
mos tocando corazones, porque grandes cosas son
posibles.
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