Revista Crece Multicultural | Page 16

Sincero perdón y reconciliación son transacciones entre dos individuos que se hacen realidad cuando se pide disculpas. Algunos, en particular dentro de la perspectiva cristiana del mundo, han enseñado perdón sin disculpas. A menudo citan las palabras de Jesús: «Si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas». Por tanto, le dicen a la esposa cuyo marido ha sido infiel y continúa en su aventura adúltera: «Debes perdonarlo, o Dios no te perdonará». Tal interpretación de la enseñanza de Jesús no considera el resto de enseñanzas bíblicas sobre el perdón. Los cristianos tenemos instrucciones de perdonar a los demás en la misma forma que Dios nos perdona. ¿Cómo nos perdona Dios? La Biblia declara que si confesamos nuestros pecados, Dios nos perdonará. Nada en el Antiguo o el Nuevo Testamento indica que Dios perdona los pecados de personas que no los confiesan ni se arrepienten de ellos. El perdón sin petición de disculpas a menudo se alienta para beneficio del perdonador y no del ofensor. Tal perdón no produce reconciliación. Cuando no hay disculpas, se anima al cristiano a 16 matrimonio Amor significa a menudo disculparnos... una y otra vez. El amor verdadero se caracteriza por las disculpas de la parte ofensora y el perdón de la parte ofendida. Esta es la senda hacia relaciones restauradas y amorosas. Todo empieza cuando aprendemos a expresar el lenguaje correcto de la disculpa al ofender a alguien. Lago Oroville, California. 2016 Lago Oroville, California. 2010 llevar a la persona ante Dios en busca de justicia y liberar su propio enojo ante Dios por medio de la paciencia. Dietrich Bonhoeffer, el gran teólogo que fue martirizado por los nazis en un campo de concentración en 1945, argumentó contra la «predicación del perdón sin exigir arrepentimiento». Se refirió a tal perdón como «gracia barata» [que] significa El perdón verdadero elimina la barrera que fue creada por el agravio y abre la puerta para que con el tiempo se restaure la confianza. Si la relación era cálida e íntima antes del agravio, puede volver a ser amorosa. Si la relación fue simplemente de conocimiento casual, puede crecer a un nivel más profundo a través del proceso dinámico del perdón. Si la ofensa fue creada por una persona desconocida como un violador u homicida, no hay relación que deba restaurarse. Cuando pedimos perdón, aceptamos la responsabilidad por nuestro proceder, esforzándonos por compensar a la persona agraviada. La disculpa sincera abre la puerta a la posibilidad de perdón y reconciliación. Entonces podemos seguir edificando la relación. Sin disculpas, el agravio se asienta como una barrera, y la calidad de la relación disminuye. Las buenas relaciones se caracterizan siempre por una disposición de disculparse, perdonar y reconciliarse.