Cuando nos hacemos cargo de nuestros
sentimientos y nuestro comportamiento, y el de
nadie más, entonces seremos libres para vivir
una vida matrimonial sana y madura.
En la comedia romántica Sr. y Sra. Smith, un
hombre y una mujer se enamoran y se casan,
desconociendo el hecho de que ambos son
asesinos a sueldo empleados por dos agencias
de sicarios competidoras (sí, es una comedia
romántica). Cuando sus agencias los mandan a
matar a la misma persona, John y Jane Smith se
enteran de que tienen la misma profesión, pero
son rivales.
Ambos se enojan porque se mintieron
el uno al otro acerca de sus empleos
(y, como consecuencia, en todo lo
demás que se habían dicho acerca de
sus vidas privadas).
Las agencias para las que
John y Jane trabajan no les
permiten permanecer casados
y les ordenan decirle a su
pareja que abandone la
ciudad o lo matarán. Como
ambos están más casados
con su profesión que entre
ellos y están lastimados
por haberse engañado
durante años, ninguno de
los dos quiere dejar la
ciudad. Así que tratan
de matarse entre sí en
un esfuerzo por eliminar a
la competencia dentro del
mundo de los sicarios.
Jane cree haber matado a John
luego de detonar los cables de
acero de un elevador y, por
ende, hacerlo caer sesenta
pisos. Sin embargo, cuando
ella hace explotar los cables, él
estaba en otro elevador). Una
vez que pensó que lo había
matado, Jane busca consuelo
en el restaurante donde John
le propuso casamiento, ya
que en realidad lo amaba.
John la sigue hasta el lugar,
intercambian algunas frases desagradables, y él la saca
a bailar (una forma disimulada de confirmar que Jane no
portaba ningún arma, en caso de que todavía quisiera
matarlo). Mientras bailaban, tiene lugar la siguiente
conversación:
Jane: ¿Por qué crees que fallamos? ¿Fue porque
teníamos vidas separadas o fueron las mentiras las que
nos arruinaron?
John: Yo tengo una teoría… que acabo de crear.
Jane: Muero por escucharla.
John: Tú nos mataste. Tú consideraste nuestro
matrimonio como un trabajo, algo que necesitaba un
reconocimiento, una planificación y una ejecución.
Jane: Y tú lo evitaste.
Quisiera concentrarme en una mentira que es muy
común en los matrimonios del estilo “Sr y Sra. Smith”.
Esta mentira se remonta al jardín del Edén, cuando
Eva culpó a la serpiente por haberla tentado para
que probara el fruto, y Adán culpó a su esposa
—y al Dios que le había dado una
mujer— por haber hecho lo mismo
(Génesis 3:11-13). Ese
día, aquella mentira
dest ruyó nuest ra
relación con Dios
y nuestra forma de
relacionarnos
co n ot r o s s e r e s
humano, y nunca
más pudimos
v o l v e r a l l u ga r
de privilegio que
teníamos.
Necesitamos saber que
creemos esta mentira más
de lo que imaginamos,
que es un pensamiento
sumamente destructivo, y
que esta mentira aniquila
cualquier oportunidad
que nosotros y nuestra
pareja tengamos de crear
un matrimonio en amor.
POR CHRIS THURMAN
Tomado del libro: « Las mentiras
que las parejas creen»
Editorial Peniel
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