PA R A E L L A
mujeres
valientes
¿Alguna vez has estado en una situación tan difícil que no hay
nada que puedas hacer, más que confiar en un milagro?
S
ólo te queda abandonarte a la misericordia de Dios, pues humanamente se han acabado los recursos
y te sientes completamente sin salida. Yo me he encontrado en situaciones así, no una vez sino varias
veces; ya sea por algo personal o por alguna persona que amo. Sin embargo, en momentos así recuerdo
a la mujer que fue sanada al tocar el manto de Jesús:
Una mujer quien hacía doce años que sufría de una hemorragia
continua se le acercó por detrás. Tocó el fleco de la túnica de Jesús
porque pensó: «Si tan solo toco su túnica, quedaré sana».
Jesús se dio vuelta, y cuando la vio le dijo: «¡Ánimo, hija! Tu fe te ha
sanado». Y la mujer quedó sana en ese instante.
Mateo 9:20-22 ntv
Esta mujer fue valiente y sabía en lo profundo de su ser que, si tocaba el borde del manto de Jesús, sería sana…y
así sucedió.
Jesús es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Así que, si hoy extiendes tu mano y tocas Su manto, por la fe
y en el espíritu, cree que recibirás para ti, o para esa persona por la que estás orando, la respuesta que
has estado esperando.
«¡Ánimo, hija! Tu fe te ha sanado». Y la mujer quedó sana en ese instante.
Que así sea, en el Nombre que está sobre todo nombre.
En el nombre de Jesús.
Por: Claudia Cedillo de Torres
https://robjessda7.wixsite.com/claudiacedillo
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