Revista Crece Love | Page 14

GENERAL Las sus C emoc riar una niña no es tarea fácil en esta época que estamos viviendo. O tal vez nunca ha sido fácil, no lo sé. Solo puedo hablar de lo que he visto y vivido. Dios me concedió ser mamá de una mujercita. Su llegada fue la respuesta a la oración de mi corazón. Cuando ella llegó yo ya tenia experiencia siendo mamá de un niño; sin embargo, pronto descubrí que tenia mucho que aprender sobre como ser mamá de una mujer. Mi hija fue una niña dócil y fácil de complacer en su infancia. No demandaba nada y era fácil para ella estar contenta. Durante su adolescencia no hubo grandes cambios; ella siguió siendo quien es, una persona fácil de complacer y dócil. No estoy escribiendo para adular a mi hija, estoy escribiendo para compartirte algo que he vivido en mi propia vida y que he visto en la vida de mi hija. Ella sigue siendo así, dócil y alegre, pero ha tenido que aprender lo que estoy por compartirte. Existe una guerra descarada en contra de las mujeres. Lo he comprobado una y otra vez. Y una de las armas que el enemigo usa en nuestra contra son nuestras propias emociones. Las emociones no son malas, pero si permitimos que ellas nos controlen, nos estamos poniendo en bandeja de plata para que las mentiras del diablo nos aplasten. Dios nos creo con emociones. Cada una de esas emociones, sujetas al Espíritu Santo, son una herramienta para poder extender el reino de Dios. Te pongo un ejemplo: cuando sentimos compasión por alguien, si nuestras emociones están sujetas al Espíritu Santo, podemos ser de bendición para la persona por la cual estamos sintiendo compasión y Dios nos guiará en qué hacer y cómo hacerlo. Sin embargo, si dejamos que las emociones nos controlen y esa misma compasión no esta sujeta al Espíritu, aunque es un buen sentimiento, puede llevarnos a estorbar a Dios o tratar de ser nosotros los salvadores de la persona y salir lastimados o lastimar a la persona a la que queríamos ayudar. No importa cual sea tu temperamento, tenemos que aprender a no dejar que nuestras emociones nos controlen. 14