Revista Crece Cosmovisión | Page 7

JÓVENES s 18:20-21) (P roverbio D el fruto de la boca del hombre se llenará su vientre; se saciará del producto de sus labios. La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos. La herramienta que tienes detrás de tus dientes, la lengua, puede influir en tu realidad para bien o para mal. Puede producir vida o producir muerte. La boca y la lengua no solo pueden aportar a nuestra vida, sino también quitarnos. Van en ambas direcciones. Tus palabras pueden ser una ayuda de vida o de muerte, porque la vida y la muerte están en poder de la lengua. Poder para destruir destruir Poder para para sanar, sanar, poder poder para Tú y yo tenemos el poder de traer bendición o maldición unos sobre otros y sobre nosotros mismos simplemente mediante nuestra boca: la lengua tiene la capacidad de hacer ambas cosas. No tienes que matar a una persona físicamente para arruinarle la vida para siempre. Infinidad de personas han sido destruidas por medio de las palabras. Proverbios 6:2 dice: «Te has enlazado con las palabras de tu boca, y has quedado preso en los dichos de tus labios». Nuestras palabras pueden enlazarnos. Pueden llevarnos a situaciones en las que nunca deberíamos haber estado. Pueden obligarnos a compromisos que nunca deberíamos haber hecho. La lengua puede sanar o puede hacer daño: «La lengua apacible es árbol de vida; más la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu» Proverbios 15:4. Muchos de nosotros usamos la lengua ligeramente para expresar como nos sentimos o lo que pensamos, pero ¿la usamos poderosamente? Dice Proverbios 12:18: «Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; mas la lengua de los sabios es medicina». Y también Proverbios 13:3: «El que guarda su boca guarda su alma; mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad». Ya que tu lengua es una herramienta increíblemente poderosa, puedes imaginarte por qué tu boca es como un campo de batalla entre Dios y el diablo. Hay una guerra por tus palabras, porque estas pueden traer vida o muerte. Tan cruciales son nuestras palabras, que el salmista escribe: «Pon guarda a mi boca, oh Jehová; guarda la puerta de mis labios» Salmos 141:3. ¿Qué hace un guardia? Abre y cierra una puerta en el momento apropiado. Básicamente, el salmista le pide a Dios que coloque un policía en la entrada de su boca. Ese centinela haría saber al salmista cuando hablar y cuando no hablar. Eso significa cuidar tu boca, guardarla, vigilarla. Es una poderosa herramienta tanto para el bien como para el mal. Por eso el mensaje de mi libro es tan importante. Si podemos aprender a cuidar nuestra boca para que nuestras palabras estén estratégicamente ligadas al propósito de Dios para las palabras, podremos ver su poderosa presencia cambiar el curso de nuestra vida así como el de aquellos que se encuentran en nuestra esfera de influencia. Es hora de que todos tomemos en serio la advertencia: ! Lectura recomendada: «Cuidado con esa boca» de Tony Evans • Editorial Portavoz 7