Revista Consultoría Edición Especial 2020 Edición Especial No. 11 | Page 67

Independientemente de las razones que llevan a este gobierno a decidir cancelar obras de gran relevancia contratadas en administraciones anteriores, una característica particular de estos procesos, es evitar llegar a tribunales y más aún, a mecanismos arbitrales. Así ha sido la negociación con los contratistas e inversionistas en el cancelado aeropuerto en Texcoco, también en el cambio de precio y condiciones del transporte en los gasoductos contratados por CFE y en la actual negociación con inversionistas extranjeros por la suspensión de plantas de generación de energías limpias. Por medio de la conciliación y la mediación –nada por la fuerza, todo por la razón–, el presidente evita el riesgo de tener que sujetarse a una sentencia que seguramente iría en contra de su férrea política. En plena pandemia, el rezago en materia de inversión pública en clínicas y hospitales, así como en el suministro de equipo hospitalario y medicamentos, obligó al estado a implementar políticas de salud pública que tienden a terminar las obras que se encontraban abandonadas o suspendidas, a renegociar precios en suministros y buscar otros canales de distribución de medicinas que resulten más económicos; todo bajo el precepto de reducir costos, negociando y eliminando intermediarismos. La inversión en materia de obra pública y, particularmente en la de Infraestructura Carretera, se ha visto disminuida en estos dos últimos años. El gobierno ha canalizado los recursos a obras de mantenimiento preventivo y periódico, pero ha reducido el de obras nuevas; y la razón sigue siendo la misma, falta de recursos económicos por disminución en los ingresos y una corrupción extrema. Sin embargo, se prioriza y se crean nuevas inversiones como el aeropuerto en la base de Santa Lucía, el tan famoso Tren Maya y la emblemática Nueva Refinería en Tabasco que, según el plan del gobierno, hará que México tienda a la autosuficiencia energética y a disminuir el precio de la gasolina –otra promesa proselitista que se tendrá que cumplir-. Resiliencia La ingeniería mexicana y por qué no, la extranjera que opera en México, ha demostrado una gran resiliencia ante múltiples factores, como diversas decisiones gubernamentales; problemas sociales de inseguridad; fenómenos meteorológicos adversos; y ahora