para que inicie -primeros pasos- en el
mundo empresarial, en la empresa de
la familia; considerando que lo están
formando para cuando sea el momento
de la sucesión, y ese emprendedor
se haga cargo de la empresa
o bien participe en la dirección de la
misma. Incluso hay familias que apoyan
a sus descendientes emprendedores
para que ellos emprendan por
su cuenta, incluso otorgando fondos
de dinero –en préstamo-, para que
puedan emprender, y por supuesto
que ese es un apoyo muy valioso, pero
lo más importante es compartir experiencias,
dar consejos, ser mentores
de cómo se deben resolver los retos
que significa emprender.
Considerando que en nuestro país
hay cuatro millones de empresas, y
que somos un país de 130 millones de
habitantes, lo más seguro es que el
emprendedor no venga de una familia
de empresarios, y que sea lo que
conocemos como “empresario de primera
generación”, con estos emprendedores
el apoyo de la familia influye,
y no siempre de una manera positiva.
Si el emprendedor es joven y vive con sus padres,
y no son empresarios, les costará trabajo entender
como el emprendedor trabaja todo el día, sin
sueldo fijo a la quincena, y normalmente tronándose
los dedos porque al principio todo se invierte,
y se los digo por experiencia propia, tus papás
te cuestionan de por qué no buscas trabajo, y es
aquí donde ese “espíritu emprendedor” tiene que
soportar el sueño del emprendedor y mantenerlo
firme en su objetivo. También hay que reconocer
que es una buena edad para emprender -porque
aunque tu familia te trata de persuadir de
buscar trabajo, uno sabe que tienes donde dormir
y que comer-. En esta edad, también juegan
un papel importante los amigos, que en muchas
ocasiones no les queda claro lo que el emprendedor
está haciendo, y que no siempre puede
estar en las actividades sociales y, eso en muchas
ocasiones lo alejan de su grupo de amigos.
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