REVISTA CIENTÍFICA The Italian Pasta | страница 12
Del jazz al universo y más allá
Un libro de Stephon Alexander,
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Para un enamorado de la física y el jazz un
libro titulado El jazz de la física ejerce la
atracción gravitatoria de un agujero negro y
hace volar la mente por los confines del
cosmos. Los que solo aman una de esas dos
materias, o ninguna, pueden leer esta obra y
dejarse arrastrar por el influjo de las
relaciones ocultas entre disciplinas dispares,
por el inmenso poder creativo de la
metáfora.
magina dos peces que hablan entre sí en un
río, cerca del precipicio de una cascada. Sus
mensajes viajan a la velocidad del sonido en
el agua, lo que no está mal para el espeso
discurso que podemos esperar de esa
especie acuática. El pez más afortunado se
queda varado entre las raíces de un nenúfar,
mientras el otro deriva de manera fatal hacia
la cascada. Pese a ello pueden seguir
hablando sin problemas; la voz del pez
varado viaja ayudada por la corriente, y la del
pez condenado viaja contra corriente y tarda
más en llegar a su interlocutor, pero la
charla sigue.
De pronto, en el mismo momento en que el
segundo pez cruza el borde del precipicio, la
situación cambia radicalmente. El pez que
cae por la cascada sigue recibiendo el
sonido del otro, pero sus gritos de auxilio ya
no llegan a su interlocutor. La velocidad con
que el agua cae por la cascada es mayor que
la del sonido, y el pobre pez ha
desaparecido de su mundo a todos los
efectos
Cambiando el sonido por la luz, esta
pequeña historia es la metáfora perfecta de
un agujero negro, el objeto más exótico y
enigmático que ha descubierto la ciencia. El
borde de la cascada representa el “horizonte
de sucesos” del agujero negro, la frontera a
partir de la que cualquier cosa, pez o
astronauta, materia o energía, cae con tal
velocidad hacia la atracción gravitatoria fatal
del agujero negro que no puede escapar de
él. Ni siquiera la luz puede escapar, de ahí
que se llame negro.