Revista Caracter 1 - 2012 Vol. 1 | Page 143

estampas vegetales desprendía cual nacaradas fundas de lunarias. Párvulas lentejuelas de tul, refulgiendo, desde el comulgatorio señalaban mi alivio. y anulada, enamorada yo entreabría mi boca, mientras mi cuerpo todo tu cuerpo recibía. (19-29) La comunión del cuerpo de Cristo queda transfor- mada en la culminación del acto sexual.. La hablante siente el cuerpo del amante dentro del suyo al igual que la comu- nión religiosa. Así también, el lenguaje religioso y sus historias de mártires le sirven a la autora para plasmar el dolor del abuso infantil. En el poema "Bárbara niña, presiente su martirio" se pone de manifiesto la confusión que provocan las creen- cias religiosas en la mente inocente de las niñas: y sabía que toda la hermosura y el peligro se congregaba allí, como en todos los cuellos de los mártires, en esos cuellos dóciles, abatidos por el amor más trágico. (4-8) La protagonista, influenciada por la historia de los mártires, cree que la violación que sufre por parte de su padre es parte del sacrificio del cristiano: y por eso, cada noche, mi padre desgarraba la organza -peinada madreselva- de mi colcha. Doblando mi cabeza, pulsera era mi pelo por sus venas azules, y a la espada -olía a cobre su pecho tan cercano- mi garganta ofrecía. (9-15) 154