Revista Caracter 1 - 2012 Vol. 1 | Page 134

corporales dejadas mudas por la cultura del pasado, Ros- setti, por medio de su yo poético, retoma ese pasado para buscar la distinción entre "lo imaginario y lo simbólico" y hace que su discurso se acerque a su cuerpo, hacia lo in- nombrable reprimido por el contrato social (Kristeva, 199), y dice: Al final, siempre recurro a ti a tu silencio huraño ante la maravilla a tus bucles pacientes bajo el sol, irisándose, mientras querías ser santa apretando amapolas a tu desolación que era un ópalo turbio y a esa terquedad de no mostrarlo nunca. (10-15) El mensaje es claro, la mujer de hoy debe en- contrarse a sí misma en su propio ser, aunque tenga que volver al ayer opresivo por medio del recuerdo. Esta imagen de la mujer indica que no es necesario romper con el pasado sino recuperar lo aprendido en él y usarlo como una ayuda específica para plasmar el resultado que es la mujer de hoy. En "Purifícame" la mujer vuelve a la niña de ayer para recuperar y adop- tar poses viejas, secretos guardados en una: Voluntad educada para ser guardadora para que de tu rostro no saliera ni un atisbo de ti, ni el corazón vaciar por calladas cuartillas, por la morada lana de los confesionarios. Ni en lágrimas verterlos. (18-22) En estos versos, queda plasmada o representada la imagen de la mujer educada para ser el ángel del hogar, reprimida aún en su potencial poético. El ángel del hogar, afirma Bridget Aldaraca, fue un ideal que "vivió y respi- ró" en las páginas de libros y revistas a partir de los años cincuenta del siglo XVIII. La inhabilidad de ciertas muje- res de alcanzar este ideal fue lo que dio origen a figuras como Emma Bovary y Fortunata, entre otras (63). Cuando 145