REVISTA CANDÁS EN LA MEMORIA - Numero 8 Abril 2019 REVISTA NUMERO 8 CANDÁS EN LA MEMORIA | Page 11
FIDELIO PONCE DE LEÓN ,EL HOMBRE Y EL
ARTISTA
Del autor que mejor lo conoció Juan Sánchez
Gustavo Berg y su esposa Hortensia Lluch aco-
gieron al pintor durante años en su residencia
del Vedado. Berg era de profesión masajista.
Hortensia, a quien Ponce sobrenombraba cari-
ñosamente «mamita adoptiva» o «mi rubi-
cunda,peleona y nunca bien querida abuela», era
hija del pintor Manuel Lluch y Beato, profesor
de San Alejandro,52 fallecido en 1912. A la res-
idencia de este matrimonio, Ponce acudía con
frecuencia a pintar el retrato de Hortensia y allí
dejó otras muchas pinturas. En el marco de estas
visitas de trabajo hizo amistad con María
Fernández, una doméstica española que prepara-
ba lo que el asiduo visitante calificaba jocosa-
mente de «sabrosa chaúcha». Algunos conside-
raron que esta familia traducía su mecenazgo en
una afable explotación matemalista. Éste, sin
embargo, no pareció haber sido el criterio de
Ponce, quien mantuvo sus buenas relaciones des-
de 1944 hasta 1948, poco antes de su muerte.
«Hortensia, me han dicho tanto y tanto de ti,
con respecto al arte, a los artistas, que la enor-
me caja de estiércol de palabrerías que esos en-
tes han vertido ante mí, la he hecho fructificar
en breve tiempo con un fruto excepcional: el de
mi hondo cariño y amistad.»
En otra ocasión, sobre un autorretrato suyo,
hecho a lápiz sobre papel, escribió: «Hortensia,
¿tan feo me adentro en tu bella pupila?» He
aquí, pues, que Ponce, el maldiciente, el antiso-
cial, fue capaz de mantener en sus relaciones con
esta familia los gestos y expresiones más delicados
y transparentes En oportunidad de un
cumpleaños de su «mamita adoptiva», escribió
una nota de felicitación concebida en los
siguientes términos: «Lo único que te deseo en tu
feliz onomástico es que vivas centuria y media en
unión de mi sueco y querido padre adoptivo,al
par que tu adorable y feo hijo adoptivo Juan Bau-
tista Fidelio Pablo Ponce de León y Hennerte de
la infinita dicha de comer, aunque sea sin diente
alguno, tu sabrosa chaúcha en la mesa de su abun-
dancia durante toda esa corta era de tiempo.»
La amistad con Hortensia se materializó en
una singular Sociedad Ponce-Lluch, mediante
la cual se facilitaban las pinturas, pinceles y
lienzos, a fin de que Ponce pudiera producir
obras con cierta estabilidad en la casa de este
matrimonio. El pintor asistió regularmente
durante varios años a pintar —y a comer. Allí
apuntaban en una libreta, con prolijidad de
comerciantes pequeñoburgueses, cuanta in-
versión por pequeña que fuera— se hacía. La
sociedad fue creada en diciembre de 1943 y todo
indica que el pintor iba dejando la obra creada
en casa de su«mamita adoptiva» a fin de que
ésta la comercializara, descontara su parte como
«inversionista», y entregara los siempre escasos
pesos restantes a él, como «productor». Vamos a
copiar algunos datos referentes a este mecenaz-
go:
Pinturas (óleos) almacenadas nuevas $ 11,10
Carpintero arreglo marcos
3,00
Bastidor para «El guante blanco»
2,90
Bastidor de «El Estanque»
2,00
Por Pascuas a Ponce (Dic., 1943)
20,00
Sienas (óleo)
0,40
Pinturas surtidas (óleos) 3,40
Caballete (comprado en La Paleta) 5,50
A mano dinero
5,00
Espejuelos para Ponce 20,00
Conducción de cuadros Exposición .... 5,00
Por desahucio (sic) 20,00
Estos datos, por sí mismos, son reveladores
de cómo en el marco1 de aquella sociedad cual-
quier mecenazgo, por bien intencionado que
fuera, se traducía siempre, consciente o incons-
cientemente, en una relación de explotación. Por
mencionar un caso, vale analizar el que atañe a
su cuadro titulado La mantilla rosa. De acuerdo
con documentos revisados,53 primeramente se
registran tres pesos cincuenta centavos como
gastos por un bastidor, que es la estructura de
madera sobi’e la que se monta el lienzo. Una vez
terminado el cuadro, se hizo otra inversión de
cinco pesos para el marco. Más adelante se 11