REVISTA CANDÁS EN LA MEMORIA - Numero 7 Marzo 2019 REVISTA CANDÁS EN LA MEMORIA numero 7 Marzo 2019 | Page 17

Multitudinaria presentación de Los Faros de Candás El salón de actos del Polivalente se quedó pe- queño este pasado viernes 22 de marzo para la presentación del libro “Los Faros de Candás” de Roque Galcerán, durante el que el autor presentó la publicación que tiene el patrocinio del Ayun- tamiento de Carreño, y en el que intervino tam- bién la Alcaldesa de Carreño. “El Candás de tierno corazón y alma eterna, con su gesto vuelto hacia el mar, acoge en 2019 una nueva publicación. Este libro que se terminó de imprimir en el mes de marzo, coincidiendo con los 119 años del encendido del Primer Faron candasín en la imprenta de Eujoa, es una inversión municipal de más de 10 mil euros ( diseño, maquetación e impresión de la tirada), que coordinó la conce- jalía de Cultura, y que incluye una interesante y minuciosa recopilación de la historia de los faros locales, llena de emotivos recuerdos, ar- quitectónicos, paisajísticos, y anecdóticos, que rodean de encanto, soledades, misterio, belleza, sueños y realidades de nuestro litoral. Es fruto de la entrega, dedicación y entusiasmo de Roque Galcerán Sáez. Este vecino de Candás que, en la actualidad, se encuentra en la situación de jubilación, pero que nunca abandonó su gran pasión y el que fue su medio de vida durante tantos años, los Faros. Muestra de ello, este tra- bajo editorial que generosamente nos ofreció al Consistorio y la exposición que ha organizado en el Museo Antón “Los Faros de Candás” con un amplio repertorio de materiales que se han ido utilizando en estas instalaciones a lo largo de más de cien años. Candás siempre ha mantenido el gesto vuelto hacia la mar, abiertas sus ventanas, de par en par, frente a las olas, el salitre y la raya del hori- zonte. Y fueron las olas y los años los que pusi- eron nombres a los lugares, a los trabajos y a las cosas. Nombres nacidos entre voces de ribera; entre riñas y pasiones; entre suspiros y lágrimas a la luz de las hogueras encendidas sobre la mar. Candás, desde entonces, es luz de faro, mejilla fresca, paloma y milano, sí y no, rapacín que habla con un deje cantarín. Candás, larga singladura en la que hubo de todo: murallas y trincheras, guerras y paces, hambre y trabajo duro. Trabajo que movía la musculatura de hombre y mujeres. Años de mutismo, con mujeres que conocieron la España de cuchillos y pasiones, de palos y piedras. Can- dás con mujeres color de la madrugada y manos de material popular. Por su pecho pasaron amores, bodas, ilusiones, fracasos y dichas. Y así el pueblo conserva el oro viejo y el gesto lago de su vida marinera. Dice Armando P. Valdés en su novela “José”: “Que cerca de la capilla de San Esteban había una casucha que habitaba un labrador, encar- gado por el gremio de mareantes, mediante un cortísimo estipendio anual, de encender las hogueras que servían de señal en los días o no- ches de peligro. Este labrador, aunque se había embarcado pocas veces, conocía la mar como cualquier práctico. Después 17 de observarla con atención un buen rato y haber vacilado muchas veces, sacó de la corrala de su choza una carga de retama seca y tojo, la colocó en lo más alto del monte y la dio fuego. Era el primer aviso