Cactus
la música, los clubs y el libertinaje en relación con
la potente arquitectura del lugar. Quien ingresa
en él se encuentra con un gran mural de Piotr
Nathan ocupando toda la pared. Las esculturas de
Joseph Marr se instalan debajo del mostrador de
una barra de vidrio y las fotografías a gran escala
del prestigioso Wolfgang Tillmans cuelgan en el
Panorama Bar. El artista y músico Carsten Nicolai
organiza noches regulares en el club con su sello
experimental de música electrónica Raster Norton,
creando impresionantes uniones de arte visual y
sonoro específicas y reinventando el clasicismo
socialista del edificio.
El club ha presentado también espectáculos como
óperas, conciertos clásicos y música experimental
contemporánea en su Salón Electroacústico. Pero
ningún otro proyecto compite con la ambición
y el esfuerzo invertidos en Masse (2013), una
coproducción entre Berghain y Berlin Staatsballett,
la principal compañía de ballet de la ciudad, que
involucró a 30 bailarines y tres coreógrafos. El techno
prestó la sugerencia de sus movimientos reducidos
y pérdida del control corporal a la disciplina de la
danza clásica. Un magnífico set fue diseñado por
Norbert Bisky y cinco DJs y productores regulares
de Berghain compusieron la música para una de las
pocas ocasiones en las que el Halle am Berghain ha
sido abierto al público.
La Corte Alemana
dictaminó que las
fiestas de hedonismo
techno que cada
semana se celebran
en Berghain serían
consideradas por
el país como «alta
cultura».
Alta cultura
E
l cierre del club Fabric en Londres en el año 2016
despertó la inteligencia alemana y Berlín decidió
impulsar de manera inteligente su importante
economía nocturna. En contraste con Reino Unido,
donde los locales están sofocados por los promotores
inmobiliarios y las autoridades, la Corte Alemana
dictaminó que las fiestas de hedonismo techno
que cada semana se celebran en Berghain serían
consideradas por el país como «alta cultura», lo que
significaría que a efectos fiscales, dejarían de pagar
el impuesto de entretenimiento del 19% para pagar el
de cultura, con un 7% que compartirían por ejemplo
con los lugares de música clásica, a la cuál también se
le podía aplicar el argumento de que sus veladas se
rigen por el entretenimiento. Con un escenario y unas
performances que arrancan un aplauso, Berghain
ya estaba consagrado como un templo del arte y la
cultura rave pasó a formar parte de la historia del arte
berlinés.
Con el propósito de promocionar nuevos
sonidos en el club y su dedicación a llevar más allá
los límites de la innovación en el arte, se presentó
en el 2017 Saüle, lugar que acogería los sonidos
más experimentales que antes habían encontrado
difícil abrirse un hueco en la programación del club.
Berghain es el faro que guía a los demás clubs de la
ciudad, y a los del resto del mundo. Ahora su deber
es el de integrar tanto a los turistas del techno de
todo el mundo como a su comunidad más veterana.
Manteniendo su esencia oscura, Berghain conserva
su influencia mundial consiguiendo adaptarse a las
diferentes escenas de la electrónica, tan cambiantes
como los gustos de los visitantes. La sala puede
presumir de haber acogido a los nombres de la
electrónica más vanguardista, pero Berghain sigue
siendo el hogar de lo extremo, y lo más mainstream
aún se guarda en el sótano.
Lecciones de sensualidad
L
a arquitectura de Berghain se define por ser un
espacio seleccionado antes que creado, por su
estética y por su funcionalidad. Este espacio se
reconvierte con la afluencia de la gente y condiciona
la sexualidad haciéndolo laberíntico y oscuro. El
espacio facilita la experiencia de comunidad y lo
convierte en algo sagrado donde la multitud se
transforma en individuo y el igualitarismo propio de
Berlín se logra cada noche. La ausencia de espejos en
todo el club y la falta de superficies reflectantes libera
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