Revista Cactus Cactus 37 | Page 22

Cactus la música, los clubs y el libertinaje en relación con la potente arquitectura del lugar. Quien ingresa en él se encuentra con un gran mural de Piotr Nathan ocupando toda la pared. Las esculturas de Joseph Marr se instalan debajo del mostrador de una barra de vidrio y las fotografías a gran escala del prestigioso Wolfgang Tillmans cuelgan en el Panorama Bar. El artista y músico Carsten Nicolai organiza noches regulares en el club con su sello experimental de música electrónica Raster Norton, creando impresionantes uniones de arte visual y sonoro específicas y reinventando el clasicismo socialista del edificio. El club ha presentado también espectáculos como óperas, conciertos clásicos y música experimental contemporánea en su Salón Electroacústico. Pero ningún otro proyecto compite con la ambición y el esfuerzo invertidos en Masse (2013), una coproducción entre Berghain y Berlin Staatsballett, la principal compañía de ballet de la ciudad, que involucró a 30 bailarines y tres coreógrafos. El techno prestó la sugerencia de sus movimientos reducidos y pérdida del control corporal a la disciplina de la danza clásica. Un magnífico set fue diseñado por Norbert Bisky y cinco DJs y productores regulares de Berghain compusieron la música para una de las pocas ocasiones en las que el Halle am Berghain ha sido abierto al público. La Corte Alemana dictaminó que las fiestas de hedonismo techno que cada semana se celebran en Berghain serían consideradas por el país como «alta cultura». Alta cultura E l cierre del club Fabric en Londres en el año 2016 despertó la inteligencia alemana y Berlín decidió impulsar de manera inteligente su importante economía nocturna. En contraste con Reino Unido, donde los locales están sofocados por los promotores inmobiliarios y las autoridades, la Corte Alemana dictaminó que las fiestas de hedonismo techno que cada semana se celebran en Berghain serían consideradas por el país como «alta cultura», lo que significaría que a efectos fiscales, dejarían de pagar el impuesto de entretenimiento del 19% para pagar el de cultura, con un 7% que compartirían por ejemplo con los lugares de música clásica, a la cuál también se le podía aplicar el argumento de que sus veladas se rigen por el entretenimiento. Con un escenario y unas performances que arrancan un aplauso, Berghain ya estaba consagrado como un templo del arte y la cultura rave pasó a formar parte de la historia del arte berlinés. Con el propósito de promocionar nuevos sonidos en el club y su dedicación a llevar más allá los límites de la innovación en el arte, se presentó en el 2017 Saüle, lugar que acogería los sonidos más experimentales que antes habían encontrado difícil abrirse un hueco en la programación del club. Berghain es el faro que guía a los demás clubs de la ciudad, y a los del resto del mundo. Ahora su deber es el de integrar tanto a los turistas del techno de todo el mundo como a su comunidad más veterana. Manteniendo su esencia oscura, Berghain conserva su influencia mundial consiguiendo adaptarse a las diferentes escenas de la electrónica, tan cambiantes como los gustos de los visitantes. La sala puede presumir de haber acogido a los nombres de la electrónica más vanguardista, pero Berghain sigue siendo el hogar de lo extremo, y lo más mainstream aún se guarda en el sótano. Lecciones de sensualidad L a arquitectura de Berghain se define por ser un espacio seleccionado antes que creado, por su estética y por su funcionalidad. Este espacio se reconvierte con la afluencia de la gente y condiciona la sexualidad haciéndolo laberíntico y oscuro. El espacio facilita la experiencia de comunidad y lo convierte en algo sagrado donde la multitud se transforma en individuo y el igualitarismo propio de Berlín se logra cada noche. La ausencia de espejos en todo el club y la falta de superficies reflectantes libera 22