Instituto Superior Marista (A-730)
Aula Magna - Nº 10
los profesores. Sin embargo, durante esos días de
la misión, ellos se abrieron mucho a los misioneros
cuando se les brindó estímulo, cariño, atención,
valoración… Se logró que hicieran trabajos en los que
pudieron volcar sus ideas, sus pensamientos, sus
sentimientos, sus dotes artísticas como artesanías,
teatro, música, deportes… Fue algo increíble. Y lo
más impactante fue recibir el inmenso cariño de todos
ellos dándonos las gracias por estar allí, cuando
somos nosotros los que tenemos que darles las
gracias a ellos por tanto amor recibido.
La celebración final del último día fue muy emotiva.
El pueblo entero nos fue a despedir y los alumnos
abrazaban y besaban a cada uno de los que
estuvimos en la escuela, lo que hizo que más de
una lágrima se derramara por la mejilla de muchos
de nosotros.
En lo que respecta a nuestras alumnas del Terciario
de Lugano, tengo que decir con mucho orgullo
que todos los comentarios que me llegaron, tanto
del hermano Horacio como de los directivos de
las escuelas y otros misioneros, es que hicieron
un trabajo excelente, logrando una muy buena
adaptación al grupo misionero. Yo lo vi con mis
propios ojos en la escuela de La Costa, donde fui
recorriendo las aulas, tanto las de Jardín como las
de EGB en reiteradas oportunidades. Me emocionó el
amor y la dedicación que ponían en cada momento, lo
bien que se organizaron con los materiales didácticos,
los juegos… la creatividad para acercase a los chicos,
como cuando se disfrazaron de payasos repartiendo
golosinas, silbatos, sombreros y guirnaldas…como
en una verdadera fiesta y haciendo bailar hasta al
mismo hermano Horacio (había que ver las caras de
esos chiquitos ante tanto amor).
Por la mañana de ese día también pasé por la
Escuela Nº 442 de La Costa 1ª para saludar a la Prof.
María del Carmen y al grupo que estaba allí. Sólo
ver las condiciones en las que estaban pasando sus
días en la escuela era para emocionarse. Solamente
el amor hace lo que ellas hicieron.
Creo que todos tenemos que estar muy orgullosos
de las alumnas del Nivel Terciario, no sólo por su
nivel de conocimientos sino porque demostraron el
carisma marista en toda su plenitud, y es una marca
que van a llevar siempre. Hablamos de vocación
docente, pero en Santiago del Estero palpamos el
amor docente, ése que nuestras alumnas tienen y
que les hará ser excelentes maestras.
Espero que éste haya sido el puntapié inicial para
incorporar esta experiencia pedagógica y misionera
en nuestro Colegio, y que el año que viene sean
muchos más quienes participen. Les aseguro que
no se van a arrepentir.
Oscar García
Profesor de Informática del Nivel Terciario
Lugano
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