ISMA - Instituto Superior Marista A-730
Aula Magna Nº 17
3.- 68 MÁRTIRES MARISTAS DE ESPAÑA (1936 - 1939)
El Domingo 13 de Octubre de 2013, en Tarragona, fueron
Beatificados 524 personas, testigos de la fe y mártires en la España
del siglo XX.
Forman parte de este inmenso grupo, 68 Maristas: 66 Hermanos
y 2 Laicos Maristas.
“Mártir”, del griego significa “Testigo”. Son Testigos Heroicos de la
fe, entre los años 1936 y 1939.
Sus edades oscilan entre los 19 y los 63 años, ( dos tercios tenían
menos de 40 años ).
De orígenes geográficos y familiares muy diversos, ( tres de ellos eran franceses ); con
habilidades y capacidades distintas. Lo que tenían en común era una fe profunda que dio
sentido a sus vidas y llegado el momento, también a sus muertes.
Palabras del Hermano Emili Turú, Superior General del Instituto Marista, durante la celebración
en honor a los 68 mártires maristas, que tuvo lugar el 12 de octubre de 2013, un día antes de la
beatificación, en el Colegio Marista “La Inmaculada”, en Barcelona, España.
Dentro de 4 años, en enero de 2017, vamos a celebrar los 200
años de la fundación del Ins•tuto Marista. Como preparación a
ese acontecimiento, a lo largo de los próximos años queremos
hacer memoria agradecida de quienes nos han precedido y cuya
herencia tratamos de hacer fruc•ficar.
En efecto, nos llena de gozo constatar que el Ins•tuto marista
se ha construido sobre la base de miles de hermanos que han
dado su vida silenciosamente al servicio de los niños y jóvenes,
tras las huellas de Marcelino Champagnat y de nuestros primeros
hermanos. Entre ellos, se cuentan los 68 már•res que hoy
recordamos con afecto entrañable.
La celebración de este fin de semana encaja, pues, en este
i•nerario hacia 2017, que quiere proyectarnos hacia el futuro de
la vida marista.
Un mo•vo especial de alegría en el día de hoy es poder contar
entre nosotros con familiares de nuestros hermanos. Es fácil
imaginar el terrible impacto que tuvo que suponer para todos
–familias e Ins•tuto marista- el asesinato de esos 68 hombres,
cuyas edades oscilaban entre los 19 y los 63 años (dos tercios de ellos tenían menos de 40 años)… Hoy, muchos años después de
esos trágicos acontecimientos, nos reencontramos, convocados por la calidad de sus vidas y convocados también por nuestra fe
común en el Dios de la vida. ¿Qué podemos llevarnos de estas celebraciones? ¿Qué nos dice hoy, a la luz de la fe, el sacrificio de
nuestros már•res?
A mí se me ocurren dos palabras que ofrezco a su consideración:
FIDELIDAD
Recuerdo muy bien la pregunta que me dirigió un Hermano de Sri Lanka hace más de 10 años, sorprendido por el gran número de
hermanos sacrificados en España. Me decía: ¿cómo pudo pasar eso? ¿por qué los mataron? La verdad es que en ese momento no
supe responderle, y no lo hice más que vagamente. Pero su pregunta quedó en mi interior, y me dio mucho que pensar.
No resulta fácil encontrar las razones por las que nuestros már•res fueron asesinados, dada la complejidad del momento histórico
en el que vivían. Pero es extremamente fácil, en cambio, adivinar los mo•vos por los que ellos dieron generosamente su vida.
Discípulos de Jesús, que había dicho: Nadie me quita la vida, sino que la doy por mi propia voluntad (Jn 10,18), ellos habían
entregado su vida mucho antes de que les fuera arrebatada. Su muerte no fue más que un acto de con•nuidad con una vida
generosamente ofrecida día tras día.
Habían decidido tomarse en serio el mensaje de Jesús, que se nos ha recordado hace unos momentos en la lectura del evangelio:
pobreza de espíritu, mansedumbre, sed de jus•cia, misericordia, limpieza de corazón, paz, perdón… Trataron de ser fieles a
esos valores durante su vida y, coherentemente, lo fueron también en situaciones extremas, cuando fueron obligados a tomar
claramente par•do.
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