Revista Aisthetikê MAYO 2014 | Page 11

Y ahora hago un inciso para no aburrirte mucho, ¿no es verdad que a veces has pensado si lo que ves es lo real? ¿si Dios existe? ¿si habrá algo después de la muerte? ¿o que si nuestra “muerte” es el nacimiento real? Son dudas que todo ser humano tiene en su interior, supongo que nuestras ideas se divierten calentándonos la cabeza con preguntas como estas, las cuales por ahora no tienen una única solución “concreta y verdadera” sino que cada uno tiene su propia opinión.

Dentro de estas preguntas esenciales se hallan contenidas una cantidad de preguntas derivadas, como qué es la vida, qué es el bien, qué es el amor, qué es la felicidad.

Cuando se trata de contestar a estas preguntas en forma sistemática y objetiva; es decir, prescindiendo de preferencias personales, se está filosofando, se está haciendo filosofía.

Y te preguntarás… ¿y cómo se relaciona eso de la filosofía con la música que escuchamos en la radio si aparentemente no tiene nada que ver? Pues bien, sí se relacionan, y aquí estoy para contártelo.

Empezamos con nuestro amigo Aristóteles, ¿has escuchado hablar de él no? , fue un filósofo griego del año 384 a.C.

Una frase de él que seguro que te suena es : “La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas” o también “El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice”

la actividad de sentir como afectividad melódico-rítmica que explica la vida y la comprende.

Esta mezcla de placer-dolor que presenta la música, es el modelo más excelso de creación artística.

Vamos, que tras tanta palabrería de nuestro amigo del “nombre raro” deducimos que toma como obra de arte la música.

Como puede verse, esta definición contemporánea de filosofía coincide en muchos puntos con la concepción Nietzscheana del pensamiento filosófico definido a partir de la música:

“Es la palabra musical del recitado, donde la relación entre los conceptos es sonora,

Exacto, las frases están puestas en los sobrecitos de azúcar que nos dan en los bares con los cafés.

Pues bien, este autor también tuvo en cuenta la música, mencionando esta frase "la música imita directamente, es decir, representa las pasiones o estados del alma - apacibilidad, enojo, valor, templanza, y sus opuestos y otras cualidades; por lo tanto, cuando se escucha música que imita cierta pasión, se es imbuido por la misma pasión".

Pero Aristóteles, no es el único que habla sobre la música. Nietzsche (que vaya nombrecito…) , plantea que la música y la vida debe comprenderse como una revalorización de la experiencia intuitiva, de un elogio a la

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