06 ABRIL | MAYO 2018
ENTREVISTA
revista
caso de este profesor de la
facultad, él no era cantante y
tampoco reconocido en la provincia
de Mendoza, era pianista. A pesar
de que yo aprendí mucho de él,
había cuestiones vinculadas al
canto que él no me las podía
transmitir porque nunca antes las
había experimentado. Hasta que
llegó el día en que le dije que ya era
hora de cerrar una etapa, fue un
momento realmente muy liberador.
Igual tenía que seguir bajo su
supervisión porque tenía que pedir
autorización a él cada vez que iba a
rendir como alumna libre.
¿Por qué sentiste ese sentimiento
liberador una vez que dejaste al
profe de canto de la facultad?
Mirá la faringe es inteligente. Al
principio funciona por empatía y
uno imita con su voz la forma de
cantar del maestro, pero su estilo
no era bueno para mí, de hecho yo
cantaba feo. Además, en el fondo
me estaba afectando
psicológicamente sobre todo a mi
autoestima, me decía “Natalia
tenés las cuerdas enfermas” y
como me la creía fui a la
fonoaudióloga, me hice los
estudios de las cuerdas vocales y la
verdad es que no tenía nada, solo
me faltaba un poco más de técnica.
Cada palabra que te diga tu profe
de canto te puede cambiar el
mundo.
¿Cómo fue esa etapa en la que te
fuiste a estudiar?
Al principio fue duro porque yo era
súper dependiente de mi papá y de
mi mamá, es más recuerdo que nos
llamábamos todo el tiempo. Valoro
que conté siempre con el apoyo de
ellos y fueron muy respetuosos de
mis tiempos, nunca me
reprocharon nada.
¿En qué lugares cantaste a viva
voz?
En varias salas de Mendoza hice
varios conciertos solistas. Además,
participé en Ecuador, junto a otros
estudiantes de canto, de un
ensamble vocal independiente.
En San Rafael (Mendoza) también
canté en la Casa Burgos de
conciertos. Ya estando en Ushuaia,
entoné en la Casa de la Cultura y en
el Presidio Marítimo. A la vez, como
soy integrante del Coro del Fin del
Mundo tuve la posibilidad de
participar en varios conciertos. En
tanto solista, canté en el Hotel Las
Hayas en el marco del Festival
Internacional de Ushuaia, en su
octava edición y lo emocionante de
ese evento fue el hecho de haber
cantado junto a otros músicos del
Teatro Colón. Podríamos decir que
con este último, debute como
cantante en una orquesta y se me
dio acá, en Ushuaia. De hecho las
cosas más relevantes de mi carrera
las hice en Ushuaia, por eso
apuesto y mucho a esta ciudad.
¿Qué otras cosas destacas de
Ushuaia?
Es un destino en el que hay
hambre. Tengo muchos alumnos
que quieren estudiar canto y para
mí poder brindarle a otros mi
experiencia es fantástico, créeme
que tocas el alma de cada persona
y le das seguridad porque el canto
es el medio para alcanzar a este