Revista Abanico por Gaudium Ecuador Revista Abanico Ed. 8 - Noviembre 2016 | Page 31

Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema. Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡ Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.
En este lugar que narra el Éxodo, se fundó en el siglo sexto d. C., entre el 548 y el 565, el Sagrado Monasterio del Sinaí, o también conocido como el Monasterio de Santa Catalina. La peculiaridad de este lugar es que alberga la biblioteca más antigua del mundo, que no ha dejado de funcionar desde hace mil setecientos años.
Situado a los pies del monte Sinaí, probablemente fue construido por el emperador romano de Oriente Justiniano I( 483-565). Según algunas tradiciones, fue construido para rodear la antigua capilla de la Zarza Ardiente, un lugar favorecido por la madre de Constantino el Grande( 272-337), la emperatriz consorte Helena( 250-329). Este dato nos aporta que la techumbre del monasterio es también la más antigua del mundo.
En tiempos romanos la zona donde se encuentra el monasterio era conocida como Arabia Petra, para diferenciarla de Arabia Felix situada alrededor de Damasco, y de Arabia Deserta, lo que hoy conocemos como Arabia Saudita. El monasterio ha existido por diecisiete siglos, convirtiéndolo en un lugar de peregrinación donde las diferentes creencias, lenguajes y culturas han coexistido sin inconveniente alguno.
Está construido de piedra, mortero y madera. En el centro de este conjunto se encuentra la basílica del siglo sexto, con sus puertas intactas y sus vigas de madera coronadas por un mosaico de la Transfiguración. A través de los siglos los monjes han recibido regalos y donativos de reyes y peregrinos, reuniendo una colección invaluable de objetos cristianos que van desde iconos, manuscritos, grabados, artículos trabajados en metal, esculturas, bordados y ornamentos, a parte de los trabajados por los mismo mojes dentro del monasterio. Aquí se preservan estos tesoros para toda la humanidad, con ayuda del gobierno de Egipto y a través de la UNESCO, al convertirlo en Patrimonio de la Humanidad.
En su biblioteca, que data de la época romana, se guarda la segunda colección más grande del mundo de antiguos códices y manuscritos, siendo superado únicamente por la Ciudad del Vaticano. Dentro se guarda el Códice Sinaiticus, la Biblia completa más antigua conocida, realizada en el 345 d. C.