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MISCELÁNEA las expresiones culturales que han legado alguna vez, a los hijos de los esclavos nacidos en América y luego a los hijos de españoles nacidos en la colonia y con el tiempo trascendió las meas connotaciones raciales, que son raíces para referirse a todo aquello que fuera Limeño; en tal sentido existen variedades de marinera, que se identifica según el lugar, tanto en la costa como en la sierra, en el norte, centro, sur del país, más aún, según el Departamento, varía las modalidades del baile, conforme a sus costumbres; así en el Nororiente, el baile era dos veces y 3°. un huayno. --- De la Península Ibérica también llegaron instrumentos de golpe, viento, percusión, cuerdas y letras, que al compás de estos instrumentos, parejas salía a delante a bailar y demostrar su inquietud y alegría de su baile tradicional, la marinera. LA PAMPA DE AMANCAES SE TIÑE DE FIESTA Por tratarse de una costumbre nacional y tradición, me refiero a la fiesta de San Juan Bautista, el 24 de junio de cada año, que se realizaba en la pampa de Amancaes, done se reunían multitud de gentes de diversas procedencias; en principio, el espectáculo de las lomas verdes cubiertas de neblina y pinceladas amarillas, debido al brote de los amancaes, llamó la atención a diferentes personajes, para luego convertirse en sinónimo de festejo, comida bebida y baile hasta altas horas de la noche y durante varios días. Originalmente, en los últimos días de junio, solía aparecer las primeras flores del amancay, cuya curiosa flor, solo duraba poco tiempo; cuando esto ocurría, los caballeros y más diligentes se dirigía a las faldas del cerro y extraían hermosas flores frescas, violetas y amarillas de la planta de nom- 62 bre amancaés, para obsequiar a las damas, que, gustaba amor, alegría y baile; en este estándar de vivencia, donde pronto llegaba la noche y el baile seguía; pero al amanecer los ramos de flores ya eran marchitos, demostrando tristeza; pero todo dependía de los más diligentes, que pronto se dirigían hacia las laderas de los cerros; arriba de la pampa donde florecía el amancay, en espera de ser cogido; allí, los hombres más activos y diligentes o enamorados subían a las ladera del cerro y cogían las flores de la planta amancaes, para obsequiar a las damas que alegres esperaban en la pampa; así comenzaba la fiesta, de cada día de la semana; donde no faltaba gente de todo los barrios limeños, que se unían por barrios, para disfrutar de la fiesta campestre; ahí un grupo de amigos venidos de la Victoria; pues no podía faltar los futbolistas; a la izquierda se ve tomando de una botella, al ”Mago” Valdivieso, a delante el gran “manguera” o Villanueva y muchos aliancistas y vecinos de la victoria y otros barrios limeños; y la fiesta duraba toda la semana, en la que los asistentes, algunos se quedaban y otros se renovaban por barrios. Revista Guardia Civil LA TROPEADERA: La combinación del alcohol con la euforia de los bailes, los c [