POLÍTICA
“golpe bajo”. “Para el personal de las
FFAA y la PNP la pensión renovable
era algo así como nuestro seguro de
vida. Durante años hemos mantenido un sueldo miserable, poniendo
en riesgo permanentemente nuestras vidas y la estabilidad de nuestras
familias, pensando que nuestra vejez
estaba asegurada”, dice Arias. A su
lado los coroneles PNP Gualberto
Ruiz Dávila y Jaime Vidal Berroa y
el coronel EP Herbert López Valderrama, también miembros de la
Adofaip, asienten mientras buscan
en el libro de “visitas ilustres” de la
asociación la firma de Humala.
“Aquí está”, dice el coronel EP Herbert López Valderrama, de 76 años,
señalando la rúbrica. “Vino a pedir
nuestro voto. Dijo que respetaría
la pensión renovable pero todo era
mentira. Humala ha aprendido muy
rápido a ser político, a mentir”, añade Arias.
el 75% de la remuneración total de
un congresista”.
“No es justo. Nos están recortando
la pensión a los viejos que enfrentamos a las guerrillas del 65, a Ecuador
en el falso Paquisha, al narcotráfico y
al terrorismo en la época más dura,
y a todos los policías que a diario le
hemos hecho frente a la delincuencia organizada”, dice el coronel en
retiro de la PNP Gualberto Ruiz.
“He pasado muchas penurias. En los
ochenta, siendo mayor, había veces
que no me alcanzaba para comprarme zapatillas. Pero me sacrificaba
pensando en que mi vejez estaba
asegurada. Esa es para muchos la
única motivación a lo largo de nuestra carrera y ahora nos la están recortando”, agrega.
“Se va a dar una fuga de talentos si
no ofrecen mayores incentivos”, advierte el coronel PNP de Servicios
Gualberto Ruiz Dávila, de 68 años.
“Y cuando el personal activo tome
pleno conocimiento de lo que pretenden hacer con sus pensiones,
los más jóvenes van a pedir su baja
cuanto antes. En la FAP vamos a
perder a los mejores pilotos. Van a
preferir irse a trabajar a las aerolíneas privadas. Todo lo que le ha
costado al Estado su instrucción se
va a ir al tacho por dar esa ley de
Castilla”, añade Arias.
El coronel Jaime Vidal Berroa, de 77
años, perteneció a la antigua Guardia Civil de la Policía y ha sobrevivido a dos accidentes aéreos mientras estaba de servicio. “La primera
vez fue en 1985. Me habían enviado
a Mazamari, Cusco, con un grupo
de compañeros a hacer un reconocimiento del territorio siguiéndoles
la pista a unos narcotraficantes.
Íbamos en una avioneta piloteada
por un civil que no era muy experto en cuestiones mecánicas y había
hecho mal un cambio. La avioneta
comenzó a perder aceite en pleno
vuelo y cayó. Felizmente no h X