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E
l 13 de agosto de 1521 Cuauhtémoc
fue capturado, lo que significó la caí-
da definitiva de la gran Tenochtitlán
en manos de los españoles. A partir de
esta fecha inició el periodo de la histo-
ria de México conocido como la colonia
que duró tres siglos de 1521 a 1821.
En este lapso, llegaron a la Mixteca
los encomenderos y luego los frailes do-
minicos, con una nueva cultura y religión
y forma de vida que sustituyó las costum-
bres indígenas o a sincretizarse con ellas.
También trajeron semillas de Castilla y
con ellas el arado, animales de tiro, puer-
cos, ovejas y cabras.
iembran tradición
encomenderos
Los mixtecos cultivaron el trigo,
aprendieron a cuidar a los animales y a
criar el gusano de seda. Ante la multipli-
cación del ganado en el altiplano y tra-
tando de despejar la zona, el virrey Luis
de Velasco otorgó mercedes de sitios de
estancias para el ganado menor. Un caso
particular fue la Mixteca donde las comu-
nidades y los caciques adquirieron nume-
rosas concesiones e incluso superaron a
los españoles.
En 1560, fecha en que se otorgaron
las primeras mercedes, todo era favora-
ble para esta nueva actividad: el campo
virgen y las epidemias que habían mer-
mado la población dejaron muchas
tierras baldías; la ganadería requería
de poca mano de obra a diferencia
de la sericultura que para entonces
declinaba.
En las últimas décadas del siglo
XVl, los hacendados se beneficiaron
de las ganancias obtenidas en la ven-
ta de los derivados del ganado me-
nor por la demanda que tenía la lana,
el cebo y los cuernos.
IÑIGO GARCIA
Y LA CEBA DEL GANADO
A principios de cada año, Iñigo Gar-
cía y sus empleados de confianza,
compraban chivos y cabras de un
año de edad en la Mixteca, la costa
y parte de los estados de Guerrero y
Puebla. Después, para poderlos cui-
dar mejor, separaban los chivos de
las cabras y forman “trozos” de 500
cabezas: media punta, puntal y viejo
en los chivos y en las cabras tras pun-
ta y cabra de punta.
Los pastores encargados de cui-
dar estos rebaños casi siempre van
acompañados de sus familias, todos
con un gran conocimiento del terreno
y al mando de un capitán o mayordo-
mo cuya misión es vigilar y contar el
ganado.
Para las familias de los pastores,
cambia la vida radicalmente, se tras-
ladan al monte llevando consigo sus
pertenencias e incluso sus mascotas,
gatos, pájaros y perros, -porque no
regresarán a casa mientras crucen en
cerro, ellos llevan la sal para los chi-
vos, y el maíz para las tortillas de los
pastores. En diferentes momentos,
Iñigo, los encuentra en el monte para
vacunar y desparasitar al ganado.
Actualmente este ganado pasta
la mayor parte del año en la costa de
Guerrero y de Oaxaca; en los últimos
meses llega a Agua Fría, de donde
es transportado en vehículos a los
terrenos de ceba en pueblos San Vi-
cente Ferrer y el cerro de la hierba
buena y una parte del cerro colora-
do y asombra que los trozo crucen
un brazo del rio salado y no tomen
agua, se entiende que la sal con la
que los alimentan les permite rete-
ner el agua.
Hasta hace unos años el ganado
de matanza daba un recorrido de cer-
ca de 300 km desde la costa hasta el
mismo valle de Tehuacán. Algunas de
estas rutas terminaban en terrenos
de Tepelmeme, Coatepec, San Luis,
San Gabriel Chilac y Atzingo.
El ganado pasta conforme avan-
za; el terreno donde come en la
mañana no podrá ser utilizado nue-
vamente en la tarde con el fin de no
agotar el campo.
Iñigo García dice: “tenemos cui-
dado de conservar la ecología del
terreno, pues de ello depende que
regresemos al año siguiente”; La ali-
mentación de este ganado es espe-
cial; se alimenta de buenos pastos,
flor de chilaco y ramas de encino, ca-
nalilli, guayabillo, cucharilla, pata de
paloma,oregano y biznaga.
Los pastores vigilan que el gana-
do no coma plantas dañinas o vene-
nosas. Si en el trayecto nace algún
cabrito, con seguridad será asado,
evitando el retraso de la cabra. La sal
es indispensable y se les da coda cin-
co días. Dado que su alimentación es
jugosa este ganado toma agua cada
ocho o 15 días. Duerme al aire libre
bajo un cielo tachonado de estrellas
y vigilados por pastores y sus perros,
pero expuestos al abigeo y al coyote.
Por el ejercicio que hace durante
su largo recorrido y por su rica ali-
mentación, algunos especialistas lo
consideran el mejor ganado caprino
del país y tal vez del mundo, ya que
Ia calidad de su carne, su grasa y su
piel es indiscutible.