Unidos eran ya una potencia industrial, pero cuyo poderío era superado en varios aspectos por Gran Bretaña, Alemania o Francia.
Fue en esta época cuando las grandes potencias europeas alcanzaron su máxima influencia y poder a nivel mundial, lo cual se ve reflejado en el hecho que, tras el Reparto de África, prácticamente todos los imperios coloniales europeos estaban sólidamente definidos( y sojuzgados) antes de 1914. Durante la Belle Époque, el imperialismo era considerado una política de Estado aceptable y válida para los políticos europeos y para grandes sectores de la población. El imperialismo era justificado en tanto se le consideraba como generador de valiosas fuentes de materia prima, así como de nuevos mercados para la creciente producción industrial, lo cual era crucial para países europeos carentes de materias primas y con mercados internos ya bastante explotados.
En toda Europa, la mano de obra se organizó en sindicatos o en partidos políticos: en este período aparecen los primeros partidos socialistas europeos, cada vez más influyentes. También se organizan en movimientos políticos las corrientes ideológicas propias del conservadurismo y liberalismo, en lo político y económico.
Unidos eran ya una potencia industrial, pero cuyo poderío era superado en varios aspectos por Gran Bretaña, Alemania o Francia.
Fue en esta época cuando las grandes potencias europeas alcanzaron su máxima influencia y poder a nivel mundial, lo cual se ve reflejado en el hecho que, tras el Reparto de África, prácticamente todos los imperios coloniales europeos estaban sólidamente definidos( y sojuzgados) antes de 1914. Durante la Belle Époque, el imperialismo era considerado una política de Estado aceptable y válida para los políticos europeos y para grandes sectores de la población. El imperialismo era justificado en tanto se le consideraba como generador de valiosas fuentes de materia prima, así como de nuevos mercados para la creciente producción industrial, lo cual era crucial para países europeos carentes de materias primas y con mercados internos ya bastante explotados.
En toda Europa, la mano de obra se organizó en sindicatos o en partidos políticos: en este período aparecen los primeros partidos socialistas europeos, cada vez más influyentes. También se organizan en movimientos políticos las corrientes ideológicas propias del conservadurismo y liberalismo, en lo político y económico.