C APÍTULO 1
Una filosofía para entrenar a atletas de la escuela secundaria
hablarles simplemente a sus atletas. Aliéntelos a que hagan preguntas y participen.
• Instruya constructivamente.
Muy a menudo, a los atletas sólo se les remarca lo que están haciendo mal. Resulta
más importante, y mucho más eficaz, decirles cómo hacerlo bien al:
• Reforzar lo positivo.
• Elogiar lo que sus atletas realizan bien, preparándolos para recibir su próxima
instrucción.
• Explicar el error y cómo corregirlo. Sea específico y conciso. Los atletas sólo pueden
procesar una cantidad limitada de información por vez. Sea paciente y tanga cui-
dado de no mostrarse frustrado.
• Reforzar lo positivo. Agregue instrucciones entre dos comentarios positivos, para no
prestarle demasiada atención a la corrección continua.
COMPRENDER LA MOTIVACIÓN
La motivación se origina dentro de la persona. La motivación no puede ser dada a
alguien, sino que se la alimenta, se la nutre y se la desarrolla. La palabra motivación
deriva de la palabra motivo, que es el deseo de satisfacer una necesidad. La primera
necesidad que todos tenemos es la necesidad de sentirnos útiles. Nuestra autoestima
se realza mayormente por sentimientos de aptitud, realización y aceptación. En pocas
palabras, nos sentimos mejor con nosotros mismos cuando sentimos que somos
buenos para algo. Trabajamos firmemente para mejorar en áreas donde creemos que
tenemos el potencial para el éxito. Cuanto más nos esforzamos en mejorar, más se
realza nuestra autoestima a medida que crece nuestro sentimiento de aptitud. Los
logros y el reconocimiento refuerzan nuestra dignidad. También medimos nuestra
autoestima a través de la aceptación de otros, especialmente a través de la sensación de
pertenencia a un grupo de pares.
La necesidad de sentirse valioso es el elemento único y más poderoso de la
motivación. Debería advertirse fácilmente por qué los deportes son un vehículo
perfecto para estimular el sentido de autoestima de las personas. Sin embargo,
debido a que unos pocos resultan campeones, existe el peligro de que los atletas
identifiquen la autoestima con la capacidad de ganar una competición. El mensaje
para el entrenador es el siguiente: a pesar de que no podrá hacer que todos sus atletas
se sientan talentosos, podrá lograr que se sientan más competentes. A pesar de que no
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