Confrontación o diálogo para transformar la educación
actores centrales del proceso educativo. En lugar de eso, continuarán los exámenes nacionales para estudiantes y maestros y continuará la evaluación discriminatoria y superficial y ajena completamente a los diversos contextos culturales. Hoy, ENLACE presenta a los estudiantes con reactivos que tienen respuestas en latín o con preguntas que hacen una evidente referencia al medio macrourbano, muy lejano de los cientos de miles de comunidades y pequeñas ciudades del país. La “solución” que últimamente se propone, en el sentido de eliminar la prueba ENLACE, no es tal si – como también se anuncia- sería para reemplazarla con una evaluación que consistiría en enviar a decenas de miles de evaluadores a las escuelas, a fin de observar en clase y clasificar a todos los docentes de acuerdo con un perfil único de lo que es un buen maestro. Sería un nuevo instrumento de estandarización. En suma, la defensa de la educación pública es indispensable para promover y defender los espacios que constitucionalmente ya han logrado los grupos mayoritarios y los pueblos originarios. En conclusión, parece importante: Plantear a la sociedad que para mejorar la educación los maestros organizados en la CNTE proponen que es necesario un mecanismo distinto al de los golpes de Estado contra la educación, sorpresivos, anticonstitucionales y claramente orquestados para seguir la agenda empresarial y financiera internacional. Un mecanismo que, en lo posible, eluda la confrontación y haga posible restaurar la democracia y establecer un diálogo nacional que permita realizar un diagnóstico profundo sobre la educación del país, hacer propuestas claramente orientadas a mejorar la educación, desechar lo que probadamente no ha funcionado en estos últimos treinta años, respetar los derechos laborales de los trabajadores de la educación, así como de quienes viven en culturas, regiones y entidades federativas distintas a las hegemónicas. Un proceso donde, a partir de foros como éstos participen los actores directos del proceso educativo: maestros y estudiantes, junto con otros actores decisivos: padres de familia, comunidades, autoridades y especialistas, y, además, los actores contextuales: los grupos y sectores sociales. Este diálogo nacional tendría como objeto discutir a nivel amplio la problemática de la educación mexicana y sus perspectivas y sería un primer acercamiento para la elaboración posterior, a cargo de las comunidades escolares y regionales, de diagnósticos locales más específicos sobre la problemática educativa en la pluralidad de regiones del país, mismos que servirán de base para ir construyendo un diagnóstico complejo y polifacético de la situación de la educación en el país. Este estaría contenido en un documento-base elaborado por especialistas y grupos de docentes de todos los niveles educativos. En este proceso se tomarían en cuenta referentes constitucionales y legales como los que se establecen en la mayor parte del artículo tercero constitucional y en los artí18