Reflexiones...para un mundo plural. Reflexiones Volumen 2, número 9 Enero 2015 | Page 19

La nueva Europa tiene su origen en Gdansk! Walesa, la esperanza de un pueblo es la historia de un héroe de nuestros días: Lech Walesa (Robert Wieckiewicz). La película empieza cuando la periodista italiana Oriana Fallaci (Maria Rosaria Omaggio) se presenta en el bloque de pisos donde viven los Walesa para entrevistar al futuro premio Nobel. La conversación, rebosante de emociones, con una de las más célebres periodistas del mundo conforma el tejido narrativo de la película. Al formular preguntas que nadie más quería u osaba dirigir al legendario dirigente del movimiento Solidaridad, Fallaci llega al interior de un hombre dotado de un gran carisma y de una excepcional intuición política.

La biografía en sí arranca en 1970: poco después de la sangrienta represión de las protestas obreras en Gdansk, Walesa es obligado a firmar un compromiso de colaboración con los servicios de seguridad. Las siguientes escenas muestran el camino de nuestro protagonista hacia la madurez política, entrelazadas con otras de la vida familiar de los Walesa. La relación entre Lech y Danuta (Agnieszka Grochowska), su hogar repleto de niños y los problemas cotidianos son tan importantes como la política: mientras creen llevar una vida normal en su piso de Gdansk, los rodean sucesos políticos transcendentales que exigen adoptar una postura. Y detrás de este hombre fuerte, como suele ocurrir, hay una mujer mucho más fuerte: su esposa.

Siguiendo hechos históricos auténticos, la escena en la que Walesa es detenido junto con su hija de pocos meses (cuyo cochecito contiene folletos clandestinos) se alterna con otra en la que Danuta debe soportar de nuevo que los agentes de los servicios de seguridad registren su piso repleto de niños. El discurso de Lech en el astillero, en el noveno aniversario de la masacre de diciembre de 1970 constituye la primera demostración de sus dotes de líder y de su capacidad para conquistar a las masas. Medio año después, en agosto de 1980, cuando lidera una huelga en el astillero de Gdansk, se convierte en el dirigente del movimiento Solidaridad, la cabeza visible de la oposición y el símbolo de la lucha por la democracia.

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La calurosa bienvenida que recibe Lech en Gdansk a su regreso de prisión, junto con la concesión del Premio Nobel de la Paz, presagian la victoria que alcanzaría finalmente en 1989 en lo Acuerdos de la Mesa Redonda.

WaLeSa MAN OF HOPE

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