Rolling Stones, en La Habana
Antes de iniciar la tercera rola, Mick Jagger, el vocalista de los Rolling Stones, agarró el micrófono y dijo en español –con un marcado acento británico–: “Aquí estamos finalmente, estamos seguros que esto será una noche inolvidable”. El hierviente público de La Habana exultó.
Durante más de dos horas, la banda británica ofreció un espectáculo de gran calidad –y gratis– a los cientos de miles de capitalinos cubanos reunidos en el llano que rodea la Ciudad Deportiva. Era la primera vez que una banda de rock and roll extranjera de renombre global tocaba en Cuba. En las primeras dos décadas posteriores al triunfo de la revolución, el gobierno cubano no toleró el rock en la isla, por lo que impuso un “bloqueo musical” contra el género. Aunado a la postura cerrada del gobierno cubano –que abandonó su política en los años 80– El bloqueo económico estadunidense
impidió durante más de cinco décadas a los mayores grupos de rock ‘n’ roll ofrecer conciertos en la isla. “Ese concierto será para nosotros un evento histórico”, aseveró Jagger –en español– en un video publicado en Internet previo a la visita. Como siempre, a pesar de su edad –72 años– el vocalista desplegó una energia increíble en el escenario: no se mantuvo parado un instante; caminó, corrió, bailó, saltó e interactuó con el público, incansable. Sus comparsas, los guitarristas Keith Richards y Ron Wood propinaron sus riff legendarios con elegancia. Jugaron uno con el otro en repetidas ocasiones, un cigarro clavado entre los labios. El baterista Charlie Watts aseguró el ritmo de manera impecable. La banda británica alternó las rolas rockeras con las de blues, y realizaron algunas improvisaciones. Sin sorpresa las rolas más famosas, como Paint It Black, Star Me Up, You Can’t Always Get What You Want, Sympathy For The Devil o (I Can’t Get No) Satisfaction, tuvieron la mejor recepción de los habaneros.
16 Reflexiones / Abril, 2016
ENTRETENIMENTO