24 Reflexiones / Octubre, 2015
SIN JUSTICIA A 47 AÑOS
El 2 de Octubre de 1968, en la Plaza de Tlatelolco o de las Tres Culturas se congregaron casi 50.000 estudiantes. Pero no hicieron sino caer en una emboscada, pues de todas las calles convergentes, aparecieron las fuerzas del ejército, rodeando la plaza. Se disparó una bengala… y la matanza comenzó.
Los soldados empezaron a disparar indiscriminadamente contra los allí presentes, mientras los estudiantes huían aterrorizados. Casi 400 estudiantes murieron aquel día, y más de mil resultaron heridos de gravedad.
Se quemaron gran parte de los cadáveres y los heridos fueron llevados a hospitales militares para ocultar la Verdad. Ya de noche, los bomberos y la policía se encargaron, con chorros de agua a presión, de lavar todas las huellas del magnicidio en aquella plaza, dejándola impoluta para la mañana siguiente.
Tantos años después, aún no se sabe de dónde partieron las órdenes. El presidente mexicano de aquellos momentos, Gustavo Díaz Ordaz, al parecer pidió la presencia militar en la plaza, pero fue el Comando Supremo de las Fuerzas Armadas quien ordenó el fuego. Todos los documentos de aquella matanza se quemaron o no aparecen. El presidente mexicano, Díaz Ordaz, ya murió; su sucesor, Echevarría, dice no saber nada. Sólo ciertos documentos de la CIA, el FBI, la Casa Blanca y el Pentágono, parecen arrojar algo de luz sobre el asunto.
El Pentágono había enviado durante 1968 a México expertos en luchas antisubversivas para enseñar a los militares mexicanos. Hay documentos en los que Echevarría, Secretario de Gobernación durante el Gobierno de Díaz Ordaz, y sucesor en la Presidencia del mismo, indicó a la CIA que la situación se controlaría en poco tiempo.
Según la CIA, el Gobierno mexicano había arreglado con algunos de los lideres estudiantiles una falsa acusación por la que dirigentes políticos contrarios al Gobierno eran los que andaban detrás de las revueltas estudiantiles.
Se han contabilizado cuatrocientos muertos, ateniéndose a las cartas de denuncias de desapariciones de decenas de madres, pero nunca podrá llegarse a saber la cifra exacta de aquel desastre. Desde entonces, cada 2 de octubre, en la plaza, estas madres se manifiestan portando las fotos de sus hijos desaparecidos al grito de: “¡Vivos los tuvimos! ¡Vivos los queremos!”.Es cierto que después de los acontecimientos de la plaza de Tlatelolco surgieron movimientos izquierdistas radicales (y no tan radicales), algunos de los cuales fueron el germen del partido socialista que surgiría a finales de los 70. Algunos de estos movimientos fueron la Liga del 23 de septiembre o el Partido de los Pobres, encabezado por Lucio Cabañas (este ya existía desde 1967).
Se podría decir que este episodio de la historia de México fue muy importante también porque evidencia la incapacidad del PRI para dialogar o llegar a una solución pacífica con los estudiantes.
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