Reflexiones...para un mundo plural. Reflexiones Volumen 2, número 16 Agosto 2015 | Page 22

Balada para una niña citadina

a Nadia Dominique,

la mujer…

que soy

Se están volviendo margaritas los huesos de la niña

Que se consume como una lámpara olvidada

Una piel transparente la seduce

Para bordar en sus cabellos los pétalos de muerte

Y mis manos quietas no la tocan

Y mis ojos tristes no la miran

Y mi alma inerte no la siente

Se están volviendo secos los ojos de la madre

Que se consume como una lámpara olvidada

Una piel transparente se le escapa

Para bordar en sus cabellos el llanto de la muerte

No te vayas de mí niña de azúcar

A deshacerte entre la piel del llanto

No te vayas de mí pájara libre

Hacia el páramo frío de la ausencia

Entre tus venas danza mi silencio

Y hay un sonido mío en tus palabras

No te vayas de mí niña de azúcar

A plantar margaritas en tus huesos

No me dejes sin tus ojos

Ciega

No me dejes sin tu voz

Silente

No me dejes sin tu luz

A oscuras

No me dejes sin tu piel

Desnuda

No me dejes sin ti

Niña de azúcar

Mirtha Luz Pérez Robledo / Redacción AN

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Mirtha Luz Pérez Robledo (1960), poeta chiapaneca y madre de Nadia Dominique Vera –una de las jóvenes asesinadas el viernes 31 de julio en la colonia Narvarte junto con el periodista Rubén Espinosa–, publicó en marzo de 2011 “Balada para una niña citadina”, un poema dedicado a su hija Nadia, quien en ese entonces tenía 28 años.