(Mt. 1, 18-24)
Dios envío a su mensajero a Nazaret a buscar a una bella joven a la que había preparado para una gran misión, la había guardado de toda mancha de pecado, conservado pura para que fuera la Madre de su Hijo. Un plan de salvación para toda la humanidad.. Al llegar ante María el Ángel le presenta el plan de Dios y le pide a María ser instrumento para que Jesús venga al mundo. Ella, aun cuando esto que Dios reportaba para ella dificultades, no solo dijo Si sino que ofreció su vida completa y su libertad al Señor "yo soy la esclava del Señor, cúmplase en mi lo que has dicho" y por esa respuesta Jesús encontró caminos para encarnarse y hacerse presente en medio de nosotros. Hoy a nosotros, en nuestro Nazaret, Dios nos envía también su ángel a decirnos que quiere llegar por nuestro medio a muchas personas, a confiarnos una misión bella y retante, la de ser madre, padre, hijo, religiosa o sacerdote, para que nuestro si de cada día abra caminos para que Jesús llegue a la vida de tantos. Ante la misión que el Señor te propone cual es tu respuesta? María, madre y maestra te pedimos que nos sigas criando en la vida cristiana y que nos enseñes a decir como tu Si al Señor/"María nos toma la palabra y nos agarra de la mano para empezar un camino hacia Jesús.. Pero Jesús no es como lo imaginábamos, nos fue mostrando a Jesús enfermo en un hospital, a Jesús sufriendo la pobreza, a Jesús buscando refugio.. No era como nosotros pensábamos que lo encontraríamos limpio, rodeado de resplandor, con su piel suave.. Estaba sucio y rodeado de sufrimiento, con la piel áspera del trabajo y quemada por el sol.. Pero era verdaderamente Jesús de Nazaret, el del Evangelio.. Que gracia desconcertante nos regalo Dios al llevarnos por María hacia Él
“Tengo un anhelo muy grande de estar en la gran sabana. De sentirme parte de ese macizo guayanés, encontrarme ahí a Dios”