¿De qué hablamos cuando
hablamos de alfabetización?
Las vertiginosas transformaciones culturales devenidas del alcance masivo de las tecnologías invitan a incorporar en el ámbito escolar los nuevos modos de circulación, creación, recepción e interpretación de la cultura digital ¿Cómo se piensa la alfabetización en estos tiempos?
Desde sus inicios, uno de los objetivos principales de la escuela primaria fue la alfabetización de los estudiantes, centrada en la capacidad de escribir, leer e interpretar la lengua nacional. Con el correr del tiempo, se fueron incorporando otros saberes vinculados principalmente a la formación de ciudadanía, los valores de la democracia y los modos de participación.
Y en los últimos años empezaron a incluirse otros contenidos básicos, considerados tan primordiales como el saber leer y escribir: se trata de capacidades, habilidades y conocimientos vinculados al vivir en lo que Manuel Castells (1997) denomina “sociedad red”.
Según esta perspectiva, estamos inmersos en una organización social que se estructura en el paradigma del informacionalismo, cuyo núcleo central es la capacidad de digitalizar, procesar y transmitir enormes cantidades de datos a través de tecnologías informáticas como Internet. Entonces, aparece casi intuitivamente la siguiente pregunta ¿podemos continuar hablando de alfabetización desde la perspectiva de la cultura letrada del siglo XIX?
En un mundo donde el conocimiento circula en formatos diversos, a través de entornos que tienen como soporte a las TIC, el libro como objeto cultural sagrado se ve estallado por otros dispositivos que integran diversidad de modos de expresión.
Partiendo de este escenario resulta evidente que el concepto de alfabetización debe ampliarse, incluyendo competencias de creación y comprensión de formas simbólicas multimodales.
Retomamos entonces para comenzar a pensar algunos interrogantes planteados por Myriam Southwell e Inés Dussel, (2007): “¿Qué significa hablar hoy
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