lgunas de éstas son:
“No se tiene claro que es lo que se quiere CREAR, es decir, el listado de los requisitos para lograr un producto hay que entenderlo en cuanto a los deseos que se tienen como exigencia del Cliente (Profesor o Comisión o Patronato).”
Al iniciar el proceso de creación necesitamos tener el objetivo lo más preciso posible. Indico cierto grado de incertidumbre porque es deber del diseñador leer entre líneas las necesidades del cliente. Realizar las preguntas adecuadas sobre sus expectativas y desarrollar un listado de requerimientos que serán subsanados mediante la maduración de la propuesta.
Ocurre una fase interna de “cocción del proyecto” en la mente del diseñador y así con el cúmulo de información necesaria, entiéndase diagnóstico, plantear la solución.
“Se borra con demasiada frecuencia los trazos que se hacen al pretender plasmar una idea en el papel. Esta acción inocente, rutinaria y constante destruye todas las evidencias del proceso que se registran al pasar de la mente al hecho concreto del dibujo rápido e imperfecto. Los trazos, bocetos, dibujos, esquemas u otras evidencias pueden analizarse, criticarse, medirse, compararse, completarse, modificarse sumarse si no se borrasen. Borrar es sinónimo de desconocimiento, de no valorar los aportes de la persona que traza las ideas, se descalifica con juicios muy “a priori”.”
Algo que ocurre muy común es no valorar entre si las distintas alternativas propuestas en el proceso interno, antes de la obtención de la propuesta preliminar. Como se indica, de llegarse a descartar las alternativas de forma apresurada posiblemente no descubriremos nuevos caminos en la creación de la arquitectura. Es un hecho que todo arquitecto desea
mostrar la mejor versión del proyecto, pero para lograrlo sería prudente valorar cuales son las otras opciones que por alguna razón se prefirió no proseguir. Esas otras opciones podrían contener piezas de relativa significancia que aportarían otra perspectiva al desarrollo.
“No se tiene la conciencia del tiempo o duración que debe consumir la producción final de lo que se solicita. No hay conciencia de las horas que se dedican en las gestiones del proceso creativo, como tener los materiales en su momento, instrumentos, el equipo y las instalaciones por conseguir.”
Como es una creación técnica - artística, aquí juega un papel fundamental la optimización de los recursos. Tenemos un tiempo limitado, que así nos lo hace saber el cliente, para desarrollar la propuesta. Hablamos sobre la “cocción del proyecto” y es aquí en donde entra la experiencia y pericia del diseñador para sintetizar todos los aspectos a considerar del proyecto, que la propuesta preliminar obtenga el consentimiento con el cliente, seguido de la supervisión y gestión de todas las ingenierías involucradas, hasta la consecución de los permisos inherentes a la tramitología legal del mismo. Todo este asunto es medir con precisión los detalles que puedan afectar el desenvolvimiento del proyecto.
En los 3 aspectos señalados por el Arq. Rovi está presente la optimización de recursos. No existirá una fórmula mágica para obtener el tiempo justo para crear arquitectura. No obstante, si habrá la manera de optimizar su desarrollo para la obtención de los mejores resultados.
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La manera de lograrlo es establecer un sistema creativo...
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RECURSOS OPTIMIZADOS