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combatir la piratería en Somalia. A pesar de estas amenazas, propias del lenguaje político de Trump, el Secretario de la Defensa de Estados Unidos, Jen James Mattis ha reafirmado el compromiso de la potencia norteamericana con la Alianza.
El abandono por parte de Estados Unidos de la OTAN tendría consecuencias inmediatas y de gravedad para todos los países que han dado por sentada la protección militar por su pertenencia a la misma y que no serían capaces de resolver una crisis militar fuera de su paraguas, dejando al resto de países miembros en una situación de alta vulnerabilidad pero también privando a Estados Unidos de numerosas localizaciones clave para sus bases
El presidente americano piensa que ha llegado el momento de que Europa se esfuerce más por defenderse a sí misma. De una Unión Europea más dañada que nunca, sobre todo tras el Brexit​, parece complicado que surja un referente para liderar la OTAN, un actor que sea capaz de aunar los intereses de los países miembros en materia de defensa. Mientras tanto, Rusia, cuyos efectivos ascienden a 900.000, pero con un potencial de 20 mill. contando con reservistas, aguarda su oportunidad de expandir su influencia. A diferencia de la UE, Estados Unidos no necesita a la OTAN para contener la influencia rusa en los Balcanes, zona de gran importancia estratégica para los intereses americanos. Le basta con desplegar bases militares en países de la región como Polonia y Rumanía. Otro factor diferenciador es la capacidad americana de conciliar sus propios intereses con los de la propia organización transatlántica, característica no atribuible a una Europa cada vez más descentralizada y azotada por el nacionalismo y populismo.
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