REBELIÓN EN LA GRANJA Rebelión en la Granja-George Orwell | Page 77
encabezando el ataque en la «Batalla del Establo de las Vacas»,
cómo él los había reunido y alentado en cada revés, y cómo no
vaciló un solo instante, aunque los perdigones de la escopeta
de Jones le hirieron en el lomo. Al principio resultó un poco
difícil entender cómo todo esto se compaginaba con el hecho
de estar él de parte de Jones. Hasta Boxer, que rara vez hacía
preguntas, estaba perplejo. Se acostó, acomodó sus patas de-
lanteras debajo de su pecho, cerró los ojos, y con gran esfuerzo
logró hilvanar sus pensamientos.
—Yo no creo eso —dijo—, Snowball peleó valientemente
en la «Batalla del Establo de las Vacas». Yo mismo lo vi.
¿Acaso no le otorgamos inmediatamente después el «Héroe
Animal de Primer Grado»?
—Ése fue nuestro error, camarada. Porque ahora sabemos
—figura todo escrito en los documentos secretos que hemos
encontrado— que en realidad, él nos arrastraba hacia nuestra
perdición.
—Pero estaba herido —alegó Boxer—. Todos lo vimos
sangrando.
—¡Eso era parte del acuerdo! —gritó Squealer—. El tiro de
Jones solamente lo rozó.
Yo os podría demostrar esto, que está escrito de su puño y
letra, si vosotros pudierais leerlo. El plan era que Snowball, en
el momento crítico, diera la señal para la fuga dejando el cam-
po en poder del enemigo. Y casi lo consigue: diré más, cama-
radas: lo hubiera logrado a no ser por nuestro heroico Líder, el
camarada Napoleón. ¿Recordáis cómo, en el momento preciso
que Jones y sus hombres llegaron al patio, Snowball repenti-
namente se volvió y huyó, y muchos animales lo siguieron? ¿Y
recordáis también que justamente en ese momento, cuando
cundía el pánico y parecía que estaba todo perdido, el camara-
da Napoleón saltó hacia delante al grito de «¡Muera la Huma-
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