REBELIÓN EN LA GRANJA Rebelión en la Granja-George Orwell | Page 29

»Ni siquiera nos permiten alcanzar el término natural de nuestras míseras vidas. Por mí no me quejo, porque he sido uno de los afortunados. Tengo doce años y he tenido más de cuatro- cientas criaturas. Tal es el destino natural de un cerdo. Pero al final ningún animal se libra del cruel cuchillo. Vosotros, jóvenes cerdos que estáis sentados frente a mí, cada uno de vosotros va a gemir por su vida dentro de un año. A ese horror llegaremos to- dos: vacas, cerdos, gallinas, ovejas; todos. Ni siquiera los caba- llos y los perros tienen mejor destino. Tú, Boxer, el mismo día que tus grandes músculos pierdan su fuerza, Jones te venderá al descuartizador, quien te cortará el pescuezo y te cocerá para los perros de caza. En cuanto a los perros, cuando están viejos y sin dientes, Jones les ata un ladrillo al pescuezo y los ahoga en el estanque más cercano. »¿No resulta entonces de una claridad meridiana, camaradas, que todos los males de nuestras vidas provienen de la tiranía de los seres humanos? Eliminad tan sólo al Hombre y el producto de nuestro trabajo nos pertenecerá. Casi de la noche a la maña- na, nos volveríamos ricos y libres. Entonces, ¿qué es lo que de- bemos hacer? ¡Trabajar noche y día, con cuerpo y alma, para derrocar a la raza humana! Ése es mi mensaje, camaradas: ¡Re- belión! Yo no sé cuándo vendrá esa rebelión; quizá dentro de una semana o dentro de cien años; pero sí sé, tan seguro como veo esta paja bajo mis patas, que tarde o temprano se hará justi- cia. ¡Fijad la vista en eso, camaradas, durante los pocos años que os quedan de vida! Y, sobre todo, transmitid mi mensaje a los que vengan después, para que las futuras generaciones puedan proseguir la lucha hasta alcanzar la victoria. »Y recordad, camaradas: vuestra voluntad jamás deberá va- cilar. Ningún argumento os debe desviar. Nunca hagáis caso cuando os digan que el Hombre y los animales tienen intereses comunes, que la prosperidad de uno es también la de los otros. Son mentiras. El Hombre no sirve los intereses de ningún ser 29