quienes se lucran fomentando la diversión a costa de la vida animal también necesitan justificar y enfocar la atención de los consumidores y usuarios en la supuesta utilidad de sus productos y servicios apoyando obras de interés social; por ejemplo, a través de una corrida de beneficencia, un acto aberrante e insolidario que, sin embargo, puede servir de reclamo al tranquilizar algunas conciencias, sobre todo si el baño de sangre beneficia supuestamente a un asilo de ancianos o otra acción benéfica
“No hay nada tan patético como una multitud de espectadores inmóviles presenciando con indiferencia o entusiasmo el enfrentamiento desigual entre un noble toro y una cuadrilla de matones desequilibrados destrozando a un animal inocente que no entiende la razón de su dolor...
Un baño de sangre anual de mil millones de euros”
las personas que se encuentra en contra de esta práctica: considera que las corridas de toros son el espectáculo más bochornoso ya que no encuentra una razón lógica que durante el tiempo que esta práctica tan despiadada contra un pobre animal los espectadores tenga una fascinación enfermiza con la sangre y la carne, otro razón para estar en contra es que mientras pican al toro y le rompen los músculos del cuello para que la vedette pueda ejercer su "arte", muchos están celebrando y tomando , no solo sufren los toros, también sufren los caballos, lo que hace todavía más imperdonable la práctica del toreo. Matar un caballo exponiéndolo a los cuernos con unas dudosas protecciones y además cortándole las cuerdas vocales, es incluso más inaceptable que matar a un toro y tiene que ser castigado sin contemplaciones