Tauromaquia
¿Cultura o tortura?
Aunque las corridas de toros sean un espectáculo singular español, su origen se remonta a los sangrientos juegos romanos y las crueles venationes en las que se mataban miles de animales para divertir a un público sediento de sangre y fuertes emociones. Según cuenta Plinio el Viejo, en su Historia Natural, Julio César introdujo en los juegos circenses la lucha entre el toro y el matador armado con espada y escudo, además de la “corrida” de un toro a quien el caballero desmontando derribaba sujetándolo por los cuernos. Otra figura de aquella época, según Ovidio, fue el llamado Karpóforo, que obligaba al toro a embestir utilizando un pañuelo rojo. El sacrificio de toros también se incluía entre los ritos y costumbres que los romanos introdujeron en Hispania.
Las corridas de toros tienen dos caras las personas que se aferran a tantos años de antigüedad donde ellos considera que esto es un arte y hasta considera que es igual a un cuadro, una película o la música ya que cada vez que el torero sale a la plaza arriesga su vida, las personas que están a favor de esta práctica o “ARTE” por así decirlo. Se defiende diciendo que el animal cuenta con las herramientas para luchar y defenderse, otros de los argumentos de la personas que apoyan esta práctica es que “Al toro se le cuida durante su vida teniendo las mejores comidas y tratos, viven mucho mejor comparado con los animales que viven en las grajas, que al finalizar también acabaran Muertos”.