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Entonces vi una materia que se llamaba reporterismo gráfico, que por ahí más o menos se encamina la cosa, y la base de tener una cámara en la mano realmente era la facilidad de contar historias.

Esteban empezó estudiando diseño gráfico. Luego, con un amigo fotógrafo empezó a incursionar en el mundo de las imágenes. Tomó clases con “La Tata” como le dice de cariño, una maestra de la UdeA y ella lo direcciono a la fotosocial, le mostró referentes y lo más importante “la forma como se concebía el mundo, cómo se relacionaban eso con la fotografía y me apasionó de una”. En el instituto Ideartes estudió Fotografía: “Era de los lugares más fuertes de fotografía en la ciudad, eso exintiguió, lo dejaron caer… se acabó. El asunto es que vos veías allá la técnica o la tecnología pero el foco siempre fue comercial como en la mayoría de instituciones acá en la ciudad. Es decir, eduquemos fotógrafos para que hagan fotografía comercial, de producto, todo este tipo de cosas. Mi intención era otra, no es lo comercial, esto es ahora un soporte, para sobrevivir pero no es mi interés máximo.”

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“Sé que suena un poco cliché pero yo creo que cada vez me voy aferrando más a la idea de que la imagen sea un instrumento para dar voz a lo que no lo tiene.”

¿De qué se tratan sus trabajos personales?

Mis temas de interés son temas sociales. Esos mismos fueron los que me catapultaron a estudiar antropología a la UdeA, porque me sentía con cierta falencia sobre cómo llevar a cabo la fotografía para hacer proyectos sociales y temáticas de conflicto en el país.

Es decir, mientras tú más entiendes un tema más herramientas tienes para hablar visualmente de ese tema.

Sé que suena un poco cliché pero yo creo que cada vez me voy aferrando más a la idea de que la imagen sea un instrumento para dar voz a lo que no lo tiene. Yo creo que mi interés está más dado por ese lado, por buscar temas que incomoden, incomoden un poco. Están pasando un cantidad de cosas en nuestro contexto que hay que registrar.

El tema del conflicto, de la memoria, del territorio, son temas que están más adheridos a gente que no tiene quién les cuente lo que tienen por contar.

Y eso está muy dado al ámbito de la fotografía latinoamericana: querer contarnos desde nosotros mismos, que creemos las maneras de vernos a nosotros mismos con nuestros conflictos y nuestros contextos específicos.