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El caso de Jeremy Meeks, un hombre de 34 años cuyo retrato policial se hizo viral cuando fue capturado por las autoridades californianas en 2014. Lo que llamó la atención en todo el mundo fue su atractivo físico y sus tatuajes en todo el cuerpo, incluido uno de una lágrima al lado del ojo izquierdo. Al salir de la cárcel, se convirtió en modelo de firmas internacionales de moda. Las fotos evidencian sus atributos —ojos azules, piel bronceada, cuerpo atlético—, pero, ¿sus tatuajes aumentan ese atractivo?, ¿qué aportan al poder de seducción de alguien?, ¿hay algo de malicia en ellos y eso resulta atractivo?

Nohora, 50, asegura que la piel es el órgano más erótico del cuerpo y no lo tatuaría. No le gustan. Ni en ella ni en otros. Eso sí, en una noche loca o en un isla desierta sí podría tener algo con un hombre tatuado.

Melissa, 29 años, 14 tatuajes: “A mí sí me parecen más atractivas las personas tatuadas, por el simple hecho de que yo tengo y eso genera empatía de una”.

Camilo, 39 años, un tatuaje, dice, ante la imagen de una mujer con un tatuaje gigante en la espalda: “Me sentiría comiéndome un cuadro”. No le gusta.

El erotismo de

la piel decorada

Según Ezequiel López Peralta, psicólogo y sexólogo argentino radicado en Colombia “si una persona siente que la miran o la morbosean más por sus tatuajes, se puede sentir y comportarse más sexy. Hay una especie de retroalimentación en cómo uno se percibe a sí mismo, cómo cree que lo perciben los demás y cómo uno actúa a partir de eso. En ese sentido, el tatuaje tendría un potencial erótico por un tema de percepción”.

Opiniones

En los años setenta la revolución hippie, eran los tiempos de las protestas, por lo que a la malicia y la rudeza de marcarse la piel se sumó la connotación revolucionaria. Una fórmula que aún está fijada en la mente de muchas personas. Estas características, en la tradición asociadas con la masculinidad, hacen que muchos se pregunten si esa rudeza, malicia y espíritu rebelde son lo que atrae a las mujeres, que en muchas sociedades machistas se han relacionado con la fragilidad y la delicadeza.

En Colombia más de 1000 personas se dedican a tatuar.

Debido a la informalidad del trabajo no se conocen cifras de cuántas personas en Medellín tienen tatuajes.

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