En términos sencillos, y para tener una idea clara a la exposición a la radiación proveniente de una radiografía de tórax es equivalente a la exposición a la que estamos expuestos en nuestro entorno natural durante 10 días.
Al igual que con otros procedimientos médicos, los Rayos X no son peligrosos si se usan con cuidado. Los radiólogos y los tecnólogos de Rayos X han recibido capacitación para usar la menor cantidad necesaria de radiación para obtener los resultados necesarios. El diagnóstico por imágenes conducido en forma apropiada conlleva riesgos mínimos y debe ser realizado cuando es indicado clínicamente, es decir que los pacientes no deben auto indicarse radiografías y el personal que las realiza debe tener una prescripción del facultativo para su realización.