R-flex Mag 03 Rflex Mag 03 | Page 7

La innecesaria “espiritualización” de los trastornos mentales, llevó a la Iglesia a dejar su rol de comunidades sanadoras, de verdaderos espacios de aceptación y comprensión a los problemas y enfermedades del ciudadano de a pie. Promoviendo con ello, la exclusión, el silencio y hasta probablemente, el miedo de abrir la vida a los demás, creando de esta forma congregaciones y no comunidades de familias. Creo que hoy estamos viviendo un tiempo de mejor comprensión y más aceptación a quienes de nuestros hermanos y hermanas están pasando por problemas de salud mental. Ya no se les mira en un rango inferior, ni se les juzga con frases evangélicas añejas como: debe orar más; debe depender más de Dios; lea más la Biblia; debe tener algún pecado oculto; debe dejar que Dios haga la obra, etc. Creo que ya comenzó un cambio. Esta nueva realidad que algunos ya están experimentando en sus congregaciones, individualmente nos lleva a comprender las implicancias y ramificaciones que tienen, respecto de los fármacos (por los desequilibrios químicos), vida cristiana, condiciones ambientales, predisposiciones genéticas, entre otros. No debemos de dejar de comprender nuestro entorno adverso, con los efectos nocivos que pueda tener un trabajo insano, jornadas laborales extenuantes, relaciones tóxicas, pocas horas de sueños, las propias experiencias traumáticas que nos puedan golpear. Jesús nos dijo anticipadamente que en el mundo tendremos aflicciones (Jn. 16:33), y sin duda que las hay, pero también sabemos, y es nuestra fe que Jesús estará con nosotros siempre. No creo que será un camino fácil. Amar a quienes están pasando por crisis de tipo mental, es diferente a hacerlo con quien está sufriendo un dolor de hombro o de rodillas. Este tipo de relaciones, nos confronta con nuestro propio carácter, con nuestra propia capacidad de comprender a ese otro ser humano que necesita de ayuda. Pero con toda esa necesidad, la Iglesia debe entender que no siempre tendrá todas las respuestas y herramientas, y que necesitará acudir a profesionales del área para entregar un apoyo integral de verdad. Mientras todo eso pasa, no dejemos de hablar sobre los trastornos mentales, capacitémonos, ofrezcamos una amistad sincera y dejemos que Dios use nuestras vidas como un instrumento de sanación en medio de nuestras comunidades de fe. alfa-piebs.cl 7