”THE DARK KNIGHT RETURNS” DE FRANK MILLER.
Miller, hasta entonces guionista de Daredevil, no podía soportar
dos cosas: lo primero, que Batman -el superhéroe más popular
de todos- tuviera tan bajas ventas; lo segundo, que al cumplir
30 años su ídolo pasara a ser más joven que él. En esta extraña circunstancia es que le propone a la “nueva” DC escribir lo
que sería “la última historia del hombre murciélago”. Así nacería
esta epopeya en cuatro tomos de lujo que nos muestra cómo
un Bruce Wayne cincuentón, alcohólico y retirado de su papel
de vigilante, no puede tolerar más la violencia y decadencia
que envuelven a Gotham City y el mundo entero, quedando
nuevamente a merced del espíritu de Batman. Un Batman marcadamente distinto al que se conocía hasta entonces, brutal y
oscuro porque así es el nuevo mundo al que se enfrenta. De
esta obra es que nace todo el subgénero “grim n’ gritty”, que
eventualmente terminaría en no pocos excesos, pero que en
su momento sacudió con todo.
”WATCHMEN” DE ALAN MOORE y DAVE GIBBONS.
Moore fue la primera “importación” británica de DC y ya estaba dando cátedra sobre cómo escribir cómics con su Swamp
Thing, cuando la editorial le dio los personajes de la extinta editorial Charlton para que hiciese con ellos lo que quisiera (aunque al final serían imitaciones de los mismos). El resultado fue
magistral y harían falta varios libros para dar cuenta de toda la
inmensidad de esta obra, luego popularizada por una película
que evidentemente no le hace ninguna justicia al que probablemente sea el mejor cómic jamás escrito. Watchmen, que
nos intenta responder qué sucedería si en efecto existieran los
superhéroes y qué implicancias tendrían para el mundo (principalmente la existencia de un omnipotente Dr. Manhattan),
es una historieta que no sólo rompe esquemas en su temática
adulta sino también en el storytelling -la estructura de todo cómic-.
“CRISIS EN TIERRAS INFINITAS” de MARV WOLFMAN y
GEORGE PÉREZ.
Planeada con años de antemano y recurriendo a guionistas
que leyeron TODO lo publicado por DC en cincuenta años,
CETI simplificaría la historia de DC uniendo las distintas continuidades de las distintos universos paralelos. Este borrón y
cuenta nueva permitiría el relanzamiento de los principales superhéroes de la publicadora por parte de los grandes talentos
de la época: el Superman de John Byrne, la Wonder Woman
de George Pérez y el Batman de Frank Miller (Year One). CETI
es la verdadera madre de las grandes macrosagas, cosa que
también sería llevado a innecesarios excesos en el futuro.
Continuaremos con las consecuencias a corto y largo plazo
del genial “1986” en nuestro próximo artículo.
Historia del
Cómic - 11