RIAL
NER INSTITUCIONALIDAD VENEZOLANA
emos la invitación para meditar en el asunto.
Muchos aseguran que el nombramiento de nuevas
autoridades del Consejo Nacional Electoral significa
desconectarse del deseo de la sociedad o que tal
planteamiento es ilógico; más allá de la crítica sobre
este planteamiento, no observamos, sin embargo,
una solución viable para responder a la urgencia
nacional.
Si la ruta electoral para generar un nuevo espacio
institucional no es la solución para algunos, cabe
preguntarse entonces: a) ¿Cuál es la solución más
viable? b) ¿En circunstancias de pugna y paridad de
fuerzas, es posible otra vía? c) ¿Al estar el juego tan
trancado, una ruta diferente a la electoral nos conduciría
a un inevitable caos superior?
En un ejercicio mental, en función de responder
estas interrogantes, es posible para la sociedad,
con miras a lograr un foco de equilibrio, pese en
una balanza la tragedia de la gente y la viabilidad
del poder o aquello realmente factible.
Es necesario sopesar los males al acecho. Como
siempre afirmamos, en política y economía las cosas
pueden ser peor; por tal razón, corresponde a los
venezolanos de nuestro tiempo pensar de forma
estratégica y no dejarnos llevar por las pasiones.
Es necesario ser hombres y mujeres de Estado, así
lo requiere la existencia misma de la República.
Conclusión
a) No creemos que la élite política ignore los problemas
sociales; simplemente, no hay forma de hacer
viable las soluciones en el actual contexto suma
cero, donde cada grupo, al verse amenazado en su
propia existencia, se vuelve lento y se paraliza.
b) Las clases políticas no desaparecen, en tanto
sean necesarios sustitutos; para lograrlo, se requiere
de revoluciones drásticas o de elecciones democráticas;
la primera es de poca probabilidad sin dejar
consecuencias mortales; la segunda luce más viable,
al menos en su práctica constante de los últimos
70 años de historia.
d-
c) ¿Qué evita este desenlace electoral? La desconfianza.
Es allí donde se generarían espacios de acción.
acharov