QUERIDO HIJO ESTAMOS EN HUELGA Querido_hijo__estamos_en_huelga_-_Jordi_Sierra_i_F | Page 81
—Eres parte del pueblo, ¿no? Bueno, quiero decir
que todos lo somos.
—¿No había una oficina del menor o algo
parecido?
—Ni idea.
Estaban en un callejón sin salida. Podían darle
vueltas y más vueltas y la única realidad era que Enrique
Puig Bellacasa y Sonia Brunell Martínez se habían
declarado en huelga.
Ni siquiera sabían si existían precedentes.
—Hace poco hubo una huelga de pilotos y no
volaba ningún avión —dijo Ángel—. Luego, se
declararon en huelga en una fábrica, y nadie hizo nada
en dos semanas. Lo sé porque mi tío Agustín era uno
de los que estuvieron en huelga de brazos caídos.
—¿Cómo lo arreglaron?
—Pactando.
—Ya, pero ¿cómo?
—Lo de los aviones, no sé, pero en la fábrica, sí.
Ellos pedían cien y los mandamases ofrecieron veinte.
Luego unos dijeron que noventa y los jefazos que
treinta. Las negociaciones se rompieron a lo bestia